La conjura de 'la séptima'
Mijatovic y otros jugadores del Madrid desvelan en Canal + su autogestión la noche previa a ganar la Copa de Europa de 1998
El gol llegó en el minuto 66. El Juventus vestía de blanco y negro. La anterior final de la Copa de Europa que el Madrid había ganado la había jugado en 1966 ante un rival que vestía igual: el Partizán de Belgrado, el equipo de Pedja Mijatovic en la ex Yugoslavia. "Demasiadas coincidencias, ¿no?", sonríe Mijatovic en el Ámsterdam Arena diez años después del séptimo título madridista, en 1998.
Pero a la final no se llegó entre sonrisas. "Me dejas hundido", respondió el entonces presidente Lorenzo Sanz a Jupp Heynckes, el entrenador del Madrid, cuando el alemán le planteó la posibilidad de renunciar a su cargo. Faltaba una semana para el partido que daba al club la posibilidad de ganar su trofeo más codiciado 32 años después. Sanz desvela que decidió llamar a los pesos pesados (Raúl, Mijatovic y Redondo) y entre todos convencieron a Heynckes para que continuara.
Quizás por eso no extraña que, en una suerte de autogestión, el equipo provocara la noche anterior al partido una reunión en la habitación número 5 de la residencia de la federación holandesa, en la que el Madrid pernoctó antes de la final del 20 de mayo contra el Juventus. Doce futbolistas -los once titulares y Suker, que compartía esa estancia con Mijatovic-, se dijeron todo lo que tenían que decirse, analizaron al adversario y se conjuraron para el día siguiente. Así lo cuentan los protagonistas en El Hombre de La Séptima, el reportaje que emite hoy Canal + (22.20).
La noche se hizo eterna. Hierro y Panucci decidieron abrir las ventanas de su habitación. "¿Estás dormido?", preguntó varias veces Raúl a su compañero, Redondo. Pero el más nervioso era el jugador destinado a dar al Madrid su ansiada séptima. Sólo él y el fisioterapeuta Pedro Chueca conocían el estado físico de Mijatovic. Una "rotura fascial entre el gemelo y el sóleo" de su pierna derecha, sufrida en el entrenamiento en Ámsterdam del día 18 y que necesitaba diez días de recuperación. "Si dices algo, te mato", amenazó Mijatovic a Chueca, que hoy guarda con cariño el reloj que le regaló el futbolista tras unas intensas noches de masaje.
Mijatovic jugó el partido. El aficionado del Madrid aún recuerda aquel disparo con la izquierda que a punto estuvo de desviar Montero; la carrera hacia el banquillo para dedicar el tanto a Fernando Sanz, que lo había pronosticado -"vi toda mi vida pasar en pequeños flashes", recuerda Mijatovic-, y al capitán, Manolo Sanchís -"me acordé de mis compañeros de generación, de Michel, del Buitre"-, levantar la copa. El gol de Mijatovic serviría para aplacar una obsesión. Pero también para cambiar la vida de su actual director deportivo. "Me convertí en el hombre de la séptima. Y así, hasta hoy".
El reportaje El Hombre de La Séptima se estrena hoy en el programa Informe Robinson en Canal + (22.20).
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