_
_
_
_
Reportaje:Televisión

El secreto de 'Aída'

Huracán Aída. Su humor ordinario, barriobajero y chillón engancha. Sus pintorescos personajes,sus diálogos extremos y su lenguaje políticamente incorrecto continúan encandilando a los espectadores. Protagonizada por Carmen Machi, Paco León y Pepe Viyuela, entre otros actores, Tele 5 estrenó en enero de 2005 esta secuela de 7 vidas. Y tres años después no muestra signos de desgaste, a pesar de la fragmentación de la audiencia, provocada por la llegada de dos nuevas cadenas: Cuatro y La Sexta.

Esta temporada, sin ir más lejos, una media de 5.662.000 adeptos (30,3% de cuota) de toda clase, edad y condición se sientan cada domingo ante el televisor para seguir los avatares de un grupo de fracasados o "antihéroes", como los define con cariño la propia Machi. Tan sólo los duelos Zapatero-Rajoy y algunos partidos de fútbol han sido capaces de superar tal avalancha de adeptos.

Tres años después del estreno, su humor barriobajero sigue encandilando

¿Pero cuál es el secreto de este éxito? Para Eduardo García Matilla, presidente de la compañía de análisis de audiencia Corporación Multimedia, Aída es "una serie de manual", con " los componentes tradicionales de las comedias de situación". "Un producto de laboratorio, fabricado con todos los ingredientes para triunfar", continúa. Para el analista, "los diálogos están bien construidos" y cuenta "con unos personajes arquetípicos pero definidos y potentes", que, a pesar de "tener un punto pícaro y golfo, demuestran una ternura que los hace simpáticos, y que de paso, suaviza algunos planteamientos criticables". Aída es una de las pocas ficciones que "sobrevive a la lucha por el mando", dice. En otras palabras, se trata de una serie que ve toda la familia. "Los padres para hacerse los modernos delante de los hijos, y éstos, por considerarla suficientemente transgresora".

El catedrático de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona Lorenzo Vilches señala que Aída es "un claro ejemplo de cómo sobrevivir en el caos" y que refleja realidades actuales que "afectan a todos los ciudadanos", como "la prostitución, la homosexualidad, el alcoholismo, la inmigración, la carga que supone para una madre criar en solitario a sus hijos...". A su juicio, el lenguaje costumbrista y esperpéntico que utiliza, "tan ligado a la tradición española", es "otro condimento esencial" junto a "la abundancia de gags". "Así, aunque el espectador haga zapping, cuando vuelve a Aída casi siempre se topa con un chiste".

Nacho García Velilla, productor ejecutivo de Aída, no se explica el fenómeno. "No existe una pócima mágica", dice, pero recuerda que todo el equipo estaba enamorado de Aída, su personaje en 7 vidas. "Éramos conscientes de tener una bomba entre las manos. Que detrás de aquella limpiadora friki de un bar de pijos, el Kasi Ke No, había "un mundo fascinante por descubrir"; un mundo que "mezcla el humor con el drama, la capacidad de reír y llorar, y todo aliñado con un fondo social importante y un lenguaje directo".

Unos guiones "en estado de gracia", según Luis San Narciso, director de casting de Aída, entre otras series, y también de la oscarizada Mar adentro, son otra de las piezas clave. "En ellos trabajan de 10 a 12 personas fijas, y se tarda casi un mes y medio en finalizar un guión", apunta García Velilla. Guiones cuyos contenidos a veces han creado algún que otro quebradero de cabeza. Tele 5, por ejemplo, exigió modificaciones en uno de sus capítulos. Aquel en que Aída inicia una relación sentimental con un sacerdote por considerar que podría ser ofensivo para los católicos.

"Hay mucho esfuerzo detrás, los guionistas nunca se relajan y nada se deja a la improvisación", recalca Machi, que asegura que la clientela de Aída es tan variada que a ella por la calle la paran "desde intelectuales hasta jóvenes y amas de casa".

San Narciso, por supuesto, también tiene su parte de culpa en el boom. "No quiero parecer pretencioso, pero me siento muy orgulloso del reparto, pero qué voy a decir yo", bromea, y añade: "Mis personajes favoritos son los perdedores, son más agradecidos, y en la serie no se salva ni uno".

De personajes extremos sabe Aída un rato. Muchos de ellos son ciertamente reprobables por sus comentarios machistas y xenófobos. Como Mauricio (Mariano Peña), el dueño del bar Reynols. De hecho, al camarero suramericano le llama Machu Pichu. García Velilla apunta que en la vida real existen muchos Mauricios. "En Aída partimos de la realidad, aunque luego hagamos una parodia. Y yo he escuchado multitud de conversaciones similares".

Carmen Machi, en la cabecera de la mesa, rodeada de los actores de <i>Aída,</i> durante la lectura de un guión de la serie.
Carmen Machi, en la cabecera de la mesa, rodeada de los actores de Aída, durante la lectura de un guión de la serie.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_