Una personal y un triple definitivos

Cuando predomina la igualdad, destaca más el valor de la diferencia. Para bien y para mal, lo diferente, la anécdota, unas dosis de personalidad suelen no sólo definir, sino resumir un partido. El Tau lo resumió en un instante con Muoneke, que había actuado como actor de reparto sin demasiadas frases. Pero se marcó el triple de la noche a falta de 50 segundos y arruinó todo el desgaste físico y el temple del Unicaja para mantener a raya al anfitrión. En plena igualdad, ocurrieron dos cosas fundamentales: la quinta falta personal de Haislip y el triple de Muoneke, que fue frontal, rutinario, pero de una efectividad demoledora.

Se fue el protagonista y entró el actor de reparto, que se llevó el 'Oscar'

De nada le sirvió al equipo malagueño la apelación final a Berni Rodríguez

Lo de Haislip fue otra cosa. El estadounidense es uno de ésos con condiciones para jugar de todo, pero que no puede jugar de todo. Ayer pasó inadvertido en la primera mitad. Después sacó el libreto y empezó lección por lección. Condiciones atléticas. Capacidad de giro. Capacidad de salto. Tiro de media distancia. Tiro de tres... Pero todo a la vez es imposible. Con la dirección de un incansable Cabezas, Haislip fue el martilleador que acabó echando a Teletovic del partido. Con Haislip en vena, Unicaja metió el miedo en el cuerpo a un Tau a tirones, a veces con el juego cerebral de Prigioni, a veces con el espíritu demoledor de Planinic. Por momentos, daba la sensación de que iba a romper el partido, pero no lo consiguió. Mucho tuvo que ver la desactivación de Rakocevic. Tampoco funcionaba Splitter y sólo a rachas McDonald. Así que, una vez más, le caía el marrón a Vidal.

El Unicaja encontró pronto su ritmo, aunque tampoco disponía de un anotador con la muñeca dispuesta a hacer rechinar a su oponente. Todo iba bastante repartido. Scariolo y Spahija iban moviendo el banquillo. Defensas fuertes, muchos choques de trenes, algunos tapones de Ndong, de Teletovic, demasiadas pérdidas absurdas....

El Tau contaba con Prigioni, a quien Spahija le concedió la dirección casi toda la segunda parte, y con un indefinible Rakocevic, capaz de lo mejor y lo peor, pero siempre dispuesto a jugarse los cuartos en una jugada. Unicaja se había animado con Haislip o el espíritu infatigable de Cabezas.

Suele pasar en las eliminatorias a cara y cruz: o todo se rompe pronto o no se rompe nunca. El problema para el Unicaja fue la absurda quinta falta de Haislip y la bendición del Tau fue el triple limpio de Muoneke, que le dio la distancia ideal para gestionar el último empujón. De nada le sirvió al equipo malagueño un triple larguísimo de Berni Rodríguez, al que Scariolo apeló al final. Por un momento le hizo soñar, pero el milagro no ocurrió.

El partido estaba para decidirse en un momento y se decidió en dos: la salida del estadounidense y la entrada del triple del otro estadounidense. Luego, las personales apenas contribuyeron a alargar la agonía y el Tau ganó por siete puntos. A quien no viera el partido le parecerá ajustado el resultado. Pero siete puntos en el partido de ayer es un mundo que ambos equipos consideraban casi inalcanzable. Sucedió porque se fue el protagonista y entró el actor de reparto. Y se llevó el Oscar.

Decepción en el Unicaja tras su derrota ante el Tau

TAU 78 - Unicaja 71