Modorra en el Camp Nou
Un gol de Henry tras una pifia de César Navas en un saque de esquina desequilibra un partido sin nervio
Al Barcelona le alcanzó con un triste gol en un partido inanimado para sumar una victoria que se daba por descontada, sin menospreciar al Racing, que se bate con entusiasmo y grandeza por el campeonato, por más que ayer se mostrara muy apagado, poco combativo. El encuentro fue tan poca cosa que la reaparición de Messi provocó mayor alborozo que el tanto de Henry después de una pifia de los centrales cántabros. El gol tuvo a fin de cuentas un efecto sedante sobre la contienda. A los azulgrana les valió porque han convertido cada choque en un ejercicio de supervivencia defensiva y los verdiblancos se dieron por satisfechos porque la derrota para nada empañó su buen cartel.
Al partido le costó arrancar, y no por lo tardía de la hora de su disputa, sino por el disgusto que provocó en el Camp Nou la victoria del Madrid en el Calderón y porque tanto el Barça como el Racing juegan la Liga condicionados por los cuartos de final de la Copa. Ausentes Eto'o y Ronaldinho, Rijkaard reservó a Messi, Márquez, Xavi y Abidal y plantó un equipo muy liviano y juvenil, con Iniesta como medio centro y Henry de referente ofensivo, mientras Marcelino rotaba a zagueros y centrocampistas para descanso a capataces como Pinillos, Garay y Colsa. A nadie le extrañó a la hora de las cuentas que los cambios desequilibraran más al plantel cántabro que al azulgrana.
BARCELONA 1 - RACING 0
Barcelona: Valdés; Zambrotta, Puyol, Milito, Sylvinho (Abidal, m. 83); Deco, Iniesta, Gudjohnsen (Márquez, m. 58); Giovani (Messi, m.66), Bojan y Henry. No utilizados: Pinto; Thuram, Oleguer y Xavi.
Racing: Coltorti; Sergio Sánchez, César Navas, Oriol, Luis Fernández; Jorge López, Duscher, Jordi, Óscar Serrano (Colsa, m. 62); Iván Bolado (Pablo Álvarez, m. 46) y Tchité (Pinillos, m. 75). No utilizados: Ángel Díez; Garay, Marcano y Sztela.
Gol: 1-0. M. 30. Henry cabecea solo después de un mal rechace de César Navas a la salida de un córner botado por Deco.
Árbitro: Medina Cantalejo. Mostró la tarjeta amarilla a Luis Fernández, Jordi y Deco.
Camp Nou: 60.037 espectadores.
La hinchada azulgrana celebró más la reaparición de Messi que el tanto del triunfo
Un error individual condenó a un equipo cántabro que no concedió ocasiones
Aunque siempre fue un equipo reconocible por su sentido colectivo del juego, su organización y capacidad para asociarse, al Racing le perdió un error individual, el que cometió César Navas a la salida de un córner botado por Deco a la media hora de partido. El central le dio con la uña y acompañó el centro del portugués hasta la cabeza de Henry. El gol rompió el monólogo de Giovani. El mexicano se la jugó en cada acción, sin reparar en las condiciones defensivas, y salía más veces perdedor que ganador, de manera que la hinchada murmuraba sin reparar en la dificultad o facilidad de cada mano a mano que planteaba el atrevido extremo barcelonista.
El cabezazo de Henry le quitó dramatismo al encuentro. El fútbol, en cambio, fue siempre insustancial y redundante, alejado de las exigencias del público, necesitado de goles, de moral, de picos de juego. La portería le quedaba demasiado lejos al Barcelona. Los delanteros extrañaron muy a menudo a Iniesta, excesivamente retrasado, tan lúcido en la salida del balón desde el campo azulgrana como desaprovechado en el balcón del área. No combinaba ni mezclaba bien el Barça y al Racing le costaba alcanzar el área de Valdés.
El sistema defensivo cántabro está muy bien trabajado y su ocupación del campo es muy racional. No cede con facilidad y para ganarse ocasiones hay que enfrentarle con intensidad, ritmo y cambios de orientación. Al Barcelona le faltaban ayer delanteros como Eto'o para dañar al Racing. El azulgrana fue a menudo un equipo monotemático, poco agresivo y falto de ambición.
Tanto tonteó el Barça que el Racing se vino arriba durante un rato y fue a por el partido mientras resonaban en la cancha los gritos a favor de Messi, que calentaba en la cancha, divertido con la escena, impaciente por reaparecer ante la tralla que se avecina con los partidos en Vila-real y San Mamés. La rueda de cambios se desencadenó de forma imparable después que Valdés sacara con el brazo un remate espectacular de Óscar Serrano.
Apareció Márquez, más que nada para vertebrar al equipo, y después Messi por un Giovani definitivamente superado, confundido a la hora de elegir si acompañar la jugada o rematar, excesivamente egoísta. Giovani nunca conducirá la pelota como Messi. El argentino, sin embargo, está aún falto de forma, necesitado de referencias, poco enchufado. Pese a que forzó un par de faltas, Messi tampoco consiguió cerrar el encuentro, así que el área azulgrana no quedó a salvo de algún que otro sobresalto, bien resuelto por Valdés.
El Barça se defendió tan bien como el Racing y el encuentro acabó tal y como comenzó, sin mayor novedad que el gol de Henry después de un córner mal defendido por Navas. Nadie mereció más en una jornada desmoralizadora en el Camp Nou por la victoria del Madrid.
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