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Reportaje:'Zapping' Global | Suráfrica

Una sucursal de la TV americana

Puestos a ello y saltando entre las cuatro cadenas en abierto surafricanas, se podría pasar la jornada como un espectador de Iowa, Ohio o Brooklyn. Tal es el desembarco de series, programas y películas procedentes de Estados Unidos. Algunas, de calidad (Héroes, Jericó, Médium, Ley y orden) y otras, no tanto.

Se puede iniciar el día en la privada e-tv con The Biggest Loser (El mayor perdedor), un programa de la NBC en el que gordos muy gordos compiten para perder peso y ganar dinero. Tras haber visto todas las ediciones de la versión estadounidense (equipos mixtos, hombres contra mujeres, familias, parejas), los surafricanos tienen su propio programa, donde esforzados obesos se las ven en el gimnasio. Mientras la edición de Estados Unidos tiene un ritmo trepidante, buena iluminación y mejor acabado, la surafricana carece de ritmo, los competidores son más pasivos y es dudoso que los telespectadores se vayan a enganchar de la misma manera que lo han hecho con otros programas como Idols, la Operación Triunfo lugareña, o el Mira quién baila local.

En las cadenas públicas se puede elegir entre la juez Hatchett y la juez Judy, dependiendo del nivel de vergüenza ajena al contemplar supuestos juicios donde se airean las miserias de vecinos, familiares y amigos, pudor aparte. Un misterio: el interés que pueda tener para los surafricanos semejantes visiones de la América profunda. El repertorio es inagotable: el bigotudo Dr. Phil, el show de Tyra Banks o los culebrones The Bold and the Beautiful, Passion.

Y Oprah. Cada día por la tarde y repetido por la noche. Aunque el contenido del programa (rodado en Chicago para una audiencia estadounidense) es de escaso interés en el país, al menos Oprah sí interesa a los surafricanos. Además de construir escuelas para niñas pobres y lanzar la edición surafricana de su revista, la reina del talk show aseguró en 2005 que, según un examen genético, sus antepasados son zulús.

Los comentaristas locales se extrañaron de tanta precisión en un examen genético y lo conveniente que puede resultar para Oprah hacerse con un pasado en el país más occidentalizado de África, con hoteles de lujo, restaurantes y spas.

Pero las estrellas de la televisión surafricana siguen siendo las telenovelas locales, que triunfan entre las seis de la tarde y las diez de la noche. Tratan de cuestiones cercanas y no patrocinan productos sólo accesibles a los ricos en Chicago.

Oprah Winfrey, en una escuela de Suráfrica.
Oprah Winfrey, en una escuela de Suráfrica.EFE

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