Expertos debaten sobre las cualidades de "la ciudad viva"

Las grandes ciudades, aquellas que llenan las páginas de los libros de historia y nutren el imaginario de los hombres con leyendas y relatos de iniciación, no se entenderían sin el paisaje sobre el que se originaron. Las ciudades no son maquetas de madera sobre las que un grupo de especuladores pueda experimentar. Roma no se entiende sin sus siete colinas; Sevilla, sin el Guadalquivir; El Cairo, sin el Nilo; Cádiz, sin su bahía... Las ciudades son enclaves llenos de vida a los que no se puede agredir sin que el golpe, tarde o temprano, pase factura.

La Conferencia Internacional La Ciudad Viva, que se inició ayer en un hotel de Sevilla, da forma a un estimulante intercambio de ideas en torno a las ciudades de la mano de arquitectos, urbanistas, biólogos, sociólogos, juristas, geógrafos, psicólogos, filósofos, escritores y expertos en los vericuetos y laberintos físicos y mentales creados por las tramas urbanas.

Este foro, organizado por la Consejería de Obras Públicas y Transportes, forma parte de una serie de iniciativas destinadas a recuperar la ciudad desde una perspectiva integral y siguiendo criterios de sostenibilidad. La revalorización de los barrios y los centros históricos, así como las medidas que mejoren la calidad de vida de sus habitantes, son elementos fundamentales en este foro, que concluye hoy y que reúne a un público de expertos y profesionales interesados en sus conferencias, mesas redondas y debates.

Los títulos de los distintos apartados del foro son elocuentes: La ciudad como organismo vivo; Habitar la ciudad. Del espacio público a la vivienda; Debates de una 'ciudad viva'; La ciudad como crisol social; La ciudad como centro de innovación; y Los derechos ciudadanos.

El apartado dedicado a La ciudad como organismo vivo tuvo ayer como protagonistas al geógrafo Juan Ojeda Rivera, que habló de Ciudad viva-ciudad inteligente, y al sociólogo Luis Castro Nogueira, que reflexionó sobre Metáforas orgánicas de lo urbano: soluciones para una habitación ambiental.

Ojeda señaló que lo que mantiene viva a una ciudad "es el uso de su propia inteligencia". El geógrafo recalcó que "toda ciudad necesita un proceso de remozamiento continuo y equilibrado" y recordó que las ciudades "serán consideradas más inteligentes cuantas más posibilidades ofrezcan a los ciudadanos". Estas posibilidades son, en opinión del geógrafo, ejercer el derecho a gozar con sus paisajes y disfrutar de sus espacios públicos; sentirse identificados con sus barrios, y desarrollar sus derechos y deberes de ciudadanos de manera efectiva.

Castro Nogueira, por su parte, abordó, entre otros aspectos, la conexión entre "la vida de las ciudades y el vagabundeo, el anonimato y las multitudes". Ese mundo urbano, evocó, fue explorado por poetas como Baudelaire.