El triángulo mágico
Van Nistelrooy, Raúl y Robinho aprovechan el achique del campo que alienta Schuster
Ruud van Nistelrooy arquea las cejas. "¿El secreto de mi regularidad?". Formula la pregunta y no duda en responder: "Suerte".
El delantero holandés es probablemente el tipo más inteligente de la plantilla del Madrid. Es tan brillante que ha sido capaz de convertirse en el jugador más resolutivo del equipo sin tener grandes dotes técnicas. El hombre debe la eficacia a su lucidez dentro del campo. Sin embargo, se quita méritos. De su infancia rural heredó un talento especial para no tomarse en serio. Vive alejado del culto a su propio personaje, tarea muy extendida en su gremio. Hace unos meses le preguntaron si sabía cuánto valía un café.
"Eso hay que preguntárselo a la máquina", respondió; "lo sabe todo".
"Ahora jugamos más cerca de la portería contraria", explica un técnico
"Tenemos mucha confianza y por eso rematamos más", opina Robinho
Van Nistelrooy vuelve a pensar en el asunto de su regularidad y llega a otra conclusión: "Tengo 30 años y tengo suerte. Somos una delantera experimentada y hemos tenido la fortuna de no sufrir lesiones".
Van Nistelrooy, Raúl y Robinho componen el trío de ataque más consistente de Europa. Entre los tres suman 32 goles en 22 partidos. La cifra habla de la distancia que separa al Madrid del Barcelona. En parte por las lesiones, en parte por asuntos ajenos al juego, los atacantes del Barça no han conseguido consolidarse en una única formación. Eto'o, Messi, Ronaldinho y Henry han metido 15 goles esta temporada. La mitad que sus adversarios.
Uno de los técnicos del Madrid, celoso de su anonimato, explica su visión de la delantera: "Van Nistelrooy sigue siendo tan importante como el curso pasado y eso es mucho. El Madrid, sin él, no habría ganado la Liga. Ahora es igual de fundamental, pero Robinho y Raúl están mucho mejor. Ésa es la diferencia".
Bernd Schuster hace un trabajo táctico que favorece el rendimiento de los delanteros. En su idea, la colocación del equipo, 20 metros más arriba, es esencial. Como explica el técnico que prefiere no revelar su nombre: "Ahora, el equipo juega más cerca de la portería contraria porque nos interesa tener el balón y la iniciativa. Achicamos más el campo, la defensa tira la línea más adelante y de esta manera evitamos que los delanteros tengan que bajar 70 metros para recuperar el balón. Robinho ha sido el primero en agradecerlo y a Raúl lo hemos liberado para que se dedique al gol".
Con Fabio Capello, que predicaba los valores del "juego sin balón", el único delantero exonerado de obligaciones defensivas fue Van Nistelrooy. El último pichichi fue la referencia exclusiva en el ataque del Madrid durante la campaña pasada. A estas alturas del campeonato 2006-2007, cuando se habían disputado 16 jornadas, el equipo había metido 26 goles. En el actual lleva 36. Un tercio más. En proporciones futbolísticas, un abismo. Lo que aportan Raúl y Robinho, oscurecidos por Capello y revitalizados por Schuster. Una diferencia que convierte al Madrid en el equipo más goleador de la Liga.
Schuster tiene dudas para formar su centro del campo. Pero para elegir a sus delanteros lo tuvo claro desde septiembre. Desde que el Madrid goleó al Valencia (1-5), el 1 de septiembre, Raúl, Van Nistelrooy y Robinho hacen un tridente habitual en las alineaciones del Madrid. El partido de Mestalla convenció al entrenador alemán de la excelente combinación que hacían estos tres futbolistas cuando se asociaban cerca del área.
A diferencia del Barça, en el que proliferan las lesiones musculares y articulares, en el Madrid sólo Robben y Heinze se han lesionado de gravedad. Ambos cayeron, además, mientras estaban concentrados con sus selecciones (Holanda y Argentina, respectivamente). Esto ha permitido que los delanteros tengan continuidad y se conozcan más que sus rivales. La buena salud también ha facilitado la producción en la Liga y la Champions. Van Nistelrooy ha marcado 12 goles, Raúl 11 y Robinho nueve. De los 22 encuentros disputados por el Madrid, el tridente ha goleado en 16. Entre los tres se reparten las apariciones decisivas. Robinho contra el Olympiakos, Van Nistelrooy contra Osasuna, Raúl contra el Racing, etc.
"Para conseguir algo importante no nos basta con que uno de nosotros esté bien", dice Robinho. La temporada pasada bastó con Van Nistelrooy para levantar la Liga. Pero Robinho piensa en algo más grandioso todavía. Tal vez en el doblete. O en el triplete. "Para conseguir algo importante", prosigue el brasileño; "tenemos que estar los tres muy bien. Así, cuando uno un día no esté bien, aparecerá otro. Si Raúl no está bien, aparece Ruud. Si no, aparezco yo, y así sucesivamente. Hemos logrado acoplarnos perfectamente. El año pasado nos sirvió para conocernos y ahora tenemos una confianza muy grande. Se nota en los disparos a puerta. Tiramos más. Aunque no marquemos. Como contra Osasuna, que rematé tres veces a puerta".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.