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Reportaje:Torneo de Maestros de Shanghai

"El calendario es una locura, una barbaridad"

Nadal y Djokovic encabezan las quejas por el exceso de competiciones

Las finales son veneno para el cuerpo. Se lo explicó ayer Richard Gasquet a Novak Djokovic. El francés había vencido al serbio. Se saludaron en la red con el número tres convertido en la última víctima de la Copa de Maestros, en la que también han caído Roger Federer y Rafael Nadal, los dos mejores tenistas del planeta. Gasquet, un pillo sin cámaras de por medio, sonrió y le dijo a Djokovic: "Descansa un poco, amigo. Cien partidos son demasiados". Son los efectos del estrellato. Las consecuencias de un calendario exigente. Y las razones que explican, dice Djokovic, su eliminación y, por extensión, las derrotas de Nadal y Federer. Esta temporada han ganado tantos partidos y han disputado tantas finales que han llegado quemados a Shanghai.

Nadal: "No tenemos vacaciones. Aquí se termina el día 18. Y luego, la Davis"
Djokovic: "Estoy exhausto mental y físicamente tras jugar más de 100 partidos"
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Indomable Ferrer

"Obviamente, me he quemado un poco", confesó Djokovic. "He tenido demasiada presión. Conozco el coste: estoy exhausto mental y físicamente", explicó; "jugar más de 100 partidos ha tenido un mal impacto en mi actuación en Shanghai". "Tuve muchos compromisos. La gente empezó a empujarme demasiado, a esperar más y más de mí", prosiguió con el gesto de un condenado a trabajos forzados. Tenía sus razones: ya está eliminado de la cita china, pero tendrá que jugar contra Nadal y ser el juez de su grupo.

El serbio fue el primero en llegar a Shanghai. Quería adaptarse bien a la pista. Aterrizó el lunes y enseguida diagnosticó el problema: "Una de las cosas que hace que los jugadores estén más y más cansados, más fatigados y más lesionados es que la temporada es un poco larga. Espero que nos podamos reunir y discutirlo. A veces, tenemos que exigirnos más allá de los límites. Jugar la Copa Davis tras llegar a la final del Abierto de Estados Unidos fue especial y muy malo para mi salud".

Djokovic abrió la puerta de las quejas. Nadal la derribó. "El calendario es una locura, una barbaridad", dijo; "no tenemos vacaciones en todo el año. Aquí se termina el día 18. Y luego, la final de la Copa Davis".

El número dos comparó su derrota ante David Ferrer con la de Federer frente al chileno Fernando González: "Fue un partido que no debió perder".

Ninguno quiso escudarse en el cansancio. Tampoco en las lesiones. Ni siquiera en el márketing. Dice Federer que ha reducido el tiempo que pasa atendiendo a la prensa "al mínimo". Que eso "ayuda" a su juego. Y que intenta "limitar" todo lo que puede los actos promocionales.

Hay razonamientos que son como cuchillas: abren camino a lo oculto. El lunes, Federer perdió su segundo partido seguido, lo que no le ocurría desde hace cuatro años. Dijo que la victoria debió ser suya. Y no recordó que el viernes se afeitó en el centro de Shanghai junto a 1.000 jóvenes para promocionar una maquinilla.

Por otra parte, la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) ha retirado la multa de 2.000 dólares (unos 1.400 euros) impuesta al ruso Nikolay Davydenko por "falta de esfuerzo" durante su partido contra el croata Marin Cilic en octubre en el torneo de San Petersburgo.

Davydenko, uno de los jugadores inmersos en las investigaciones sobre posibles apuestas -se consideró extraña su derrota frente al argentino Martín Vassallo en el torneo polaco de Sopot, en agosto- recurrió la sanción por considerarla injusta. Según su apelación, el agotamiento fue la causa de su bajo rendimiento. A sus 26 años de edad, argumentó, ha escarmentado de cursos tan intensos como el actual y ha anunciado que en el próximo reducirá sus intervenciones.

En función de sus manifestaciones y de la revisión del vídeo de su duelo con Cilic, la ATP decidió finalmente levantarle el castigo.

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