Cegados en Ibrox Park
El Barcelona fue incapaz de expresar su dominio frente a un defensivo Rangers
El choque de estilos quedó en tablas y el Barça se llevó anoche de Glasgow un punto que le mantiene empatado con el Rangers al frente de su grupo. Pero, seguramente, los azulgrana dejaron escapar una ocasión para resolver su pase europeo. El Barça dominó el partido, tuvo el balón y amordazó al Rangers pero se mostró absolutamente negado con el gol. Y ya es el tercer partido del año en el que se queda sin marcar fuera de casa. El Barça fue de más a menos y permitió que el Rangers, menos fiero de lo que lo pintaban, le diera algún susto final con las aproximaciones de Cousin. Ibrox Park celebró con los brazos en alto y gritos el punto logrado, como si le hubiera caído del cielo.
GLASGOW RANGERS 0 - BARCELONA 0
Glasgow Rangers: McGregor; Hutton, Cuéllar, Weir, Papac; Ferguson, Thomson; Novo (Beasley, m. 71), Adam, McCulloch; y Cousin. No utilizados: Smith, Buffel, Webster, Whittaker, Boyd y Faye.
Barcelona: Valdés; Puyol, Thuram, Milito, Abidal; Xavi, Iniesta, Gudjohnsen; Messi, Henry (Giovani, m. 81) y Ronaldinho. No utilizados: Jorquera, Oleguer, Sylvinho, Ezquerro, Bojan y Crosas.
Árbitro: Konrad Plautz. Amonestó a Thomson, Milito, Papac, Weir y Abidal.
49.957 espectadores en el Ibrox Park.
Gudjohnsen funcionó como medio mientras Messi, Ronaldinho y Henry no remataron
Goles son amores y el empate le supo poco al Barça porque había llegado con la lección bien aprendida: sabía que le esperaba un partido duro, al choque y de mucho centro y juego aéreo, y preparó un antídoto que le funcionó. Rijkaard colocó a Thuram para que formara pareja en el eje de la defensa con Milito y desplazó a Puyol al lateral derecho, su lugar natural, para exhibirse en defensa y en ataque. Oleguer se quedó en el banquillo. Y la apuesta de Gudjhonsen para compensar la epidemia que se ha cebado con los mediocentros fue perfecta porque ofreció consistencia al juego de Xavi e Iniesta. El islandés se ofreció siempre y combinó bien con Ronaldinho.
Concentrado y sin sufrir despistes como los que costaron la primera derrota en la Liga en Vila-real, el Barça salió mentalizado y se adueñó del balón a las primeras de cambio. Ni se dejó intimidar por la ruidosa grada ni por el guiño que le dirigió al hacer un mosaico en inglés con el lema más que un club, ni por la teórica dureza del juego escocés. Víctor Valdés, de hecho, vivió la primera parte tan pancho. Los centrales siempre le cortaron los centros pasados de los británicos, que sólo llegaron dos veces a la portería de la mano del gallego Novo.
Pero todo el dominio azulgrana no le sirvió para matar el encuentro porque no supo concretar sus llegadas, muchas veces por empeñarse en entrar por el centro o por querer adornar demasiado las jugadas. Aún así, Gudjhonsen pudo marcar de cabeza nada más empezar el partido; el español Cuéllar salvó casi en la línea de gol un chut de Messi y Ronaldinho merodeó el gol sin conseguirlo: envió una falta al travesaño; reclamó un penalti por una mano en el área y envió una fantástica asistencia a Puyol, que voló para fallar una ocasión inmejorable ante el arco de McGregor. Antes, el lateral azulgrana le tiró un caño a Papac. Pero toda esa artillería sirvió de bien poca cosa. Fue el mismo error que ya cometió el Barça en Stuttgart y que Rijkaard señaló con crudeza pese a ganar (0-2). Messi parece que ha perdido su estado de forma estratosférico, que era casi inhumano. Pero, aún así, sigue siendo el azulgrana más letal. Nada que ver con Henry, que sigue encerrado en su mundo y sin ver puerta, lejos del que enamoraba en el Arsenal, por más desmarques que tirara en el arranque inicial del partido.
El encuentro siguió abierto hasta el final, con el Barça ejerciendo un dominio infructuoso y estrellándose contra el muro azul del Rangers, agazapado en busca de un contragolpe. En un minuto quedó retratado el partido: un jugadón del Gaúcho puso los pelos de punta a la grada; Henry, absolutamente solo, cabeceó a las manos de McGregor. El francés fue sustituido al final por Giovani. Tanto fallo dio vida al Rangers, que no desdeñó sacar petróleo de sus llegadas. Pero Puyol, en una de ellas, supo interceptar un pase envenenado de Hutton. Novo no tuvo su noche como en el derby ante el Celtic, al que marcó en dos ocasiones. Dio igual. Ibrox Park festejó el empate como un éxito.
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