_
_
_
_
_
Reportaje:El personaje

El 'tapón' de ser mamá

Margo Dydek, la baloncestista más alta del mundo, renuncia a su contrato con el Ros Casares Valencia tras quedarse embarazada

Juan Morenilla

La jugadora de baloncesto más alta del mundo, Margo Dydek (2,15 metros), se ha quedado sin equipo por "un imprevisto". La pívot polaca, de 33 años, descubrió hace pocos días, justamente antes de incorporarse al Ros Casares Valencia, que está embarazada. Reconocida como una de las mejores baloncestistas -y una de las mejor pagadas-, Dydek disputó la Liga de verano de la NBA femenina con Conneticut Sun y la fase de clasificación para el Europeo de Italia con su selección, Polonia. Y tres días antes de regresar a España para comenzar los entrenamientos se sometió a un chequeo médico. Entonces descubrió, para su sorpresa, que se encuentra embarazada de dos meses. Es decir, había jugado con Polonia en estado de gestación. La buena noticia se convirtió en un mazazo para su club, que se quedó sin su estrella. La misma jugadora llamó a la directora general, Carme Lluveras, para comunicarle que el acuerdo verbal que habían alcanzado para su continuidad quedaba roto. "Fue una sorpresa, también para ella. Habíamos pactado otra temporada. Me llamó y me dijo que lo dejaba. Ha sido una situación de emergencia, pero no ha habido problemas entre las dos partes", resume Lluveras.

Más información
Splitter aplasta al Madrid
El día que Marc superó a Pau Gasol

Dydek llegó al Ros Casares en el verano de 2006 procedente del Ekaterinburgo, ruso, tras haber jugado ya en la Liga española en el Pool Getafe entre 1996 y 1998. El Ros alcanzó la gloria el curso pasado con sus victorias en la Liga y la Copa de la Reina y un brillante subcampeonato en la Euroliga. En febrero pasado, el club se aseguró su continuidad por un año más con un acuerdo verbal sujeto a la pertinente revisión médica. Su contrato, que finalizaba el 10 de mayo, antes de viajar a Estados Unidos, estaba prácticamente firmado. Pero todo cambió antes de hacer las maletas. "Son cosas que pasan. Ella no se dio ni cuenta hasta que se lo dijo el médico. Hasta jugó con su selección estando embarazada", explica Nicolás San José, dueño de la agencia que representa a Dydek, entre otras jugadoras. "Ella fue la primera sorprendida. Profesionalmente, está fastidiada porque es una buena profesional, pero por otro lado está contenta porque quería ser madre. El club también se quedó sorprendido, fastidiado por el tema deportivo", añade. A cuatro días para que arranque la temporada, con la disputa el viernes de la Supercopa de España, el club ha fichado a la pívot rusa Elena Baranova. "La baja de Dydek nos ha trastocado mucho. Era la más diferente de la plantilla. No hay jugadoras de 2,15 con esa mano", lamenta Manolo Real, el entrenador.

Curiosamente, la baja por embarazo no es un caso nuevo en el Ros Casares. En 1995, la rusa Natalia Zasoulskaya jugó embarazada la Final Four. Rompió luego su contrato y volvió a jugar dos meses después de dar a luz. La escena se repitió en febrero pasado, cuando el club rescindió el contrato de la escolta croata Gordana Kovacevic "por motivos personales de salud" al conocer que la jugadora se había quedado embarazada sólo dos semanas después de haberla fichado. La entidad y la jugadora llegaron a un acuerdo para rescindir su reciente vinculación.

Más duro fue el club de balonmano femenino El Osito L'Eliana, que en 2001 despidió a la jugadora serbia Tania Medved al conocer que había disputado embarazada los cuartos de final de la Liga de Campeones. Según reveló entonces Cristina Mayo, la entrenadora de El Osito, el contrato incluía una cláusula que especificaba que el embarazo era motivo de rescisión. Cuatro días después, Medved perdió a su hijo por un "aborto espontáneo". En Estados Unidos, los clubes suelen hacer tests de embarazo a sus jugadoras para evitar situaciones similares.

Dydek, pese a todo, confía en seguir jugando la próxima temporada, después de dar a luz el que será su primer hijo. La baloncestista, que ha jugado en San Antonio, Utah Starzz y Conneticut, de la NBA, y que diseña su propia ropa a medida -calza un 46 y pesa 110 kilos-, puede seguir ligada al Ros Casares. Lluveras, eso sí, saca un aspecto positivo de la pérdida ahora de su mejor jugadora: "Contamos con ella para el futuro. Tenía un papel decisivo en el equipo. Puede estar una temporada de baja y volver a jugar en la 2008-2009. Y entonces volverá más fuerte. Según dicen los científicos, las mujeres generan unas hormonas durante el embarazo que mejoran su condición física luego. Dicen que en la Alemania del Este, a algunas nadadoras las preñaban y las hacían abortar a los tres meses para mejorar su rendimiento".

Margo Dydek, en el pabellón Font de Sant Lluís en octubre de 2006.
Margo Dydek, en el pabellón Font de Sant Lluís en octubre de 2006.JORDI VICENT

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_