El Zaragoza da la puntilla a Abel

Cuando se desprendió del pavor al fracaso y apareció Oliveira desde el banquillo, el Zaragoza se espabiló y recobró la puntería. Un alivio que supuso la victoria sobre el Levante, rival tremendamente ramplón que no levanta la cabeza ni a la de tres. Un triunfo, en cualquier caso, que sofoca al Zaragoza tras el palo sufrido en la Copa de la UEFA ante el Aris de Salónica.

Asustadizo e insípido, el Levante se desapegó por completo de la pelota y rechazó jugar al fútbol. Reculó las líneas, las apretujó todo lo que pudo y esperó a verlas venir. Con el balón en los pies, empecinado en no dejar desguarnecida la zaga, se limitó a lanzar pelotazos hacia arriba para Riga y Riganó. Sólo el primero, enojado por lo poco que juega su equipo, fue capaz de dar un par de pasos hacia atrás para recibir, controlar y esperar la subida de Savio por el costado izquierdo. Pero los centros del brasileño se perdieron por la línea de fondo o en la cabeza de Ayala.

Visto el raquítico planteamiento del oponente, al Zaragoza no le quedó otro remedio que asumir la iniciativa, algo que no le ruboriza porque está acostumbrado a ejercer su fútbol en La Romareda, donde gobierna los envites, pero no los define. El mejor ejemplo es Diego Milito. Generoso en el esfuerzo, de fácil primer toque y de exquisito juego de espaldas a la portería, el ariete resulta indolente en la última acción. Ayer tuvo cuatro ocasiones: cuatro fallos. Uno al palo, otro a las nubes, el tercero a las manos del portero y el último al córner. Lo mismo pareció sucederle a Sergio García, que se desfondó en buscar las cosquillas de la zaga adversaria, pero que erró varios disparos desde el interior del área. Sólo lo pareció.

Un pase de Diego Milito alcanzó a Sergio García, que llegó desde atrás y le pegó con todo para batir a Storari. A la quinta fue la vencida. No le pasó lo mismo a Oliveira, castigado ayer por lanzar una mirada asesina a Víctor Fernández en el último duelo europeo. En el primer mano a mano falló. En el segundo, no. Asistencia de Óscar y definición perfecta de Oliveira, que se animó y luego probó un disparo a media distancia con rosca para repetir gesta. Oliveira reactivó al Zaragoza a la vez que hizo languidecer al Levante, que suma un punto en lo que va de curso.

Abel Resino, destituido como entrenador del Levante