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Reportaje:El personaje

Una gimnasta eterna

Almudena Cid es la segunda española que disputará cuatro Juegos, y lo hará en un deporte caracterizado por la fugacidad de sus atletas

Amaya Iríbar

Almudena Cid no es la mejor gimnasta del mundo. Pero cuando sale al tapiz, aunque sea en un entrenamiento, sus compañeras y rivales siguen sus ejercicios con atención y el público la ovaciona, piropea y pide autógrafos como si fuera una estrella. Es guapa y sonríe todo el tiempo, y representa un mundo en vías de extinción, la gimnasia rítmica de antes, en la que primaba la expresión artística, la belleza y la elegancia, casi como en un ballet, más que la dificultad y la técnica. Por si todo ello fuera poco, la navarra además parece eterna. En un deporte en el que las atletas pasan como estrellas fugaces por la élite, la española, 27 años cumplidos, se ha convertido en una verdadera institución. En los Mundiales que se clausuraron ayer en Patras (Grecia) ha logrado un nuevo hito en su carrera: clasificarse para sus cuartos Juegos Olímpicos.

En Patras, Almudena Cid sólo tenía una compañera de promoción, la italiana Laura Zuchilli. Ambas sacan casi diez años a sus rivales -la media de edad del campeonato fue de 18,42 años-. La española no lo parece. Con su 1,68 metros de altura y 48 kilos de peso, de cerca no se ve tan delgada y sí mucho más joven. Cuando habla de sus ejercicios, todos nuevos, y de la reacción que provocan en el público entendido se emociona: "mi gimnasia es más artística. Por eso gusta", asegura; "el público echa de menos la gimnasia de antes y aunque yo no sea una gimnasta de podio, reconocen mi trabajo".

Ese reconocimiento, y su entrenadora, Iratxe Aurrecoetxea, son las razones a las que apela Cid para explicar su longevidad deportiva. Siete Mundiales y seis Europeos, tres Juegos Olímpicos (Atlanta 1996, Sidney 2000 y Atenas 2004) y siete cambios de código de puntuación.

Por Aurrecoetxea, la navarra se fue a vivir a Barcelona en el año 2000 y con ella entrena "unas seis horas diarias" en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. Rodeada de "pequeñas" y al margen del equipo nacional, que se concentra en Madrid. "A mí me motiva porque las pequeñas vienen muy fuertes y a ellas también, porque les sirvo de ejemplo de hasta dónde se puede llegar", sentencia. Lejos queda la oferta que le planteó el Circo del Sol para unirse a la compañía tras los Juegos de Atenas y que Cid descartó de momento para proseguir con su carrera deportiva y sus escarceos televisivos, como invitada especial en la serie Un paso adelante.

Aunque suene extraño, con los años Cid ha reducido su jornada de entrenamiento -¡"antes era un mínimo de ocho horas!", exclama-, aumentado las horas de pesas y reducido la parte de preparación técnica. El cuerpo ya no es el mismo. Se duele de los pies y tiene molestias en la espalda y la cadera, aunque le han descartado una lesión grave. Esa es la parte mala del paso de los años. La buena: su programa ha ganado en presencia y elegancia. En los Mundiales de 2003 ya fue reconocida como la gimnasta más elegante. Un año después conseguía su mejor resultado deportivo: octava en Atenas. Diploma olímpico.

"He vivido siete códigos distintos y este último se adapta muy bien a las gimnastas rusas porque prima el aspecto circense, de contorsionista. Como a mí eso no se me da bien, lo suplo con elementos de giro. ¡Me paso los ejercicios girando!", explicaba risueña antes de viajar a la ciudad griega. Y es que Cid es, según su entrenadora, "una gimnasta muy fuerte, positiva y extremadamente trabajadora".

El premio a todo ese esfuerzo serán sus cuartos Juegos Olímpicos. Sólo una española, Pilar Fernández, ha estado en cuatro de estas grandes citas, pero lo hizo en tiro, una disciplina que se puede hacer a un buen nivel a edades mucho más avanzadas que la gimnasia. Antes de viajar a Patras, Almudena Cid no quería ni oír hablar de Pekín. Pero con sus palabras parecía querer conjurar el calvario que tuvo que vivir antes de Atenas, cuando la federación impuso un sistema de clasificación que duró dos meses y que la dejó exhausta. "No hago otro mundial porque sí. Está hablado con la federación. Aunque la plaza no es nominal, si sigo como ahora estaré en Pekín", concluye. Aunque ninguna de sus compañeras de prueba se ha clasificado, Cid no estará sola. El conjunto, que acabó quinto en la final del sábado y sexto en cuerda y en tres aros y dos mazas ayer, también se ha clasificado para los Juegos.

Almudena Cid, en la final individual de los Mundiales.
Almudena Cid, en la final individual de los Mundiales.EFE

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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