El agua arruga a Lorenzo
El español, muy torpe bajo la lluvia, termina undécimo, y Dovizioso se acerca en los 250cc
Primera oportunidad para sentenciar el título mundial de 250cc y primer gatillazo de Jorge Lorenzo, que se arrugó bajo la cortina de agua que cayó en Motegi. Por más que nunca se haya sentido a gusto con el cemento mojado, el vigente campeón de la categoría no puede permitirse carreras como la de ayer, máxime cuando está a las puertas de aterrizar en MotoGP de la mano de Yamaha y con Rossi como compañero de garaje.
Lorenzo terminó undécimo, a más de un minuto de Mika Kallio, quien estrenó su palmarés en 250cc y se midió hasta el final con Andrea Dovizioso. El italiano, que persigue al mallorquín en la clasificación desde hace más de año y medio, es un piloto exquisito. Su Honda amarilla siempre asoma la cabeza. Ayer tocó agua, y Dovi estuvo a punto de ganar. Ocurrió, sin embargo, que dos pilotos doblados le estorbaron en la penúltima vuelta mientras se las tenía tiesas con Kallio. Aún así, el italiano le metió un bocado de 15 puntos a Lorenzo, que estuvo toda la carrera flotando. Será por el agua o por el mismo temblor que le sobrevino el año pasado cuando debía amarrar su primer título, pero lo cierto es que la lluvia se llevó todas las virtudes que han hecho del mallorquín el piloto de referencia. Sus movimientos, siempre firmes y decididos, se volvieron torpes y temerosos. Él, un corredor de lo más seguro, siempre con un punto de chulería, se aflojó de mala manera al apagarse los semáforos.
Desde la tercera posición de la parrilla, Lorenzo vio pasar como flechas a sus rivales. Tras completar la primera vuelta, cruzó la meta séptimo, a casi tres segundos de Dovizioso, Aoyama y Kallio. Lejos de recuperar, Lorenzo se hundió. El español se vio incapaz de dominar su Aprilia, que le zarandeaba al entrar en cada curva. En las siete primeras vueltas perdió ocho posiciones. Le adelantó Simoncelli, un piloto de lo más simplón. También Álvaro Bautista y Julián Simón. Así hasta perder un minuto a cinco vueltas del final.
Por entonces, Dovizioso estaba metido en faena, controlando a Aoyama y Kallio. El japonés cometió un error de aficionado en el penúltimo giro, pisó la línea blanca que limita con la pista con su neumático delantero y se dio de bruces contra el suelo, dejando la lucha para Kallio y Dovizioso. En el momento más caldeado, dos doblados se cruzaron entre ambos y dieron la carrera al finlandés.
"Me ha sido imposible estar con los de delante", dijo Lorenzo. "No puedo quejarme de la moto porque Héctor [Barberá] ha sido tercero llevando la misma que yo. No sé si es cosa del agua o de mi cabeza, pero si no hubiera llovido las cosas no habrían salido así", lamentó el mallorquín. En la próxima carrera, en Australia dentro de 15 días, el español tiene otra oportunidad para revalidar el título. Lo conseguirá si gana y Dovizioso no termina entre los cuatro primeros. Lorenzo se muestra seguro: "No voy a perder este título".
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