De la ONG al Mercedes

Su vocación por el marketing y la publicidad le supuso un conflicto familiar al abandonar la facultad de Derecho, pero tenía las cosas claras. Cuando terminó los estudios, MBA incluido, a pesar de su juventud no le gustaban los coches. Sí que se dejó llevar, sin embargo, por el idealismo que suele caracterizar esa etapa de la vida y así su primer trabajo profesional fue como director de comunicación de una ONG. La oferta de Mercedes Benz para dirigir su departamento de promociones le llegó organizando viajes a Ruanda para cooperantes.

Pero no tardo en entrarle el virus de un sector que suele atrapar a cuantos se acercan a él y a sufrir con buena cara el pasar fuera de casa más de 40 fines de semana al año. Quizás por lo de músico frustrado que se siente, le encantan las planificaciones y los estudios a largo plazo, una larga sinfonía como la que exige el desarrollo de un nuevo automóvil.

Asume su nueva responsabilidad sin complejos. En una de las paredes de su despacho cuelga una foto enmarcada de un niño de ocho años tratando de sacar de un tatami a un gigantesco luchador de sumo. No se cansa de repetir que piensan en grande y está convencido de que hay un gran paralelismo entre su etapa en la ONG y la propuesta actual de Mazda que sintetiza en su eslogan Zoom-Zoom como un reto a lo establecido. Como entonces, sigue preguntándose ¿por qué no cambiar las cosas?

Y para ello cuenta con un equipo joven, la edad media de la orquesta que dirige es de 35 años y espera transmitirles las ganas de hacer cosas diferentes. "La confianza y la comunicación pueden hacer milagros". De momento ya cuenta con unos niveles de productividad por empleado superiores a la media del sector.

Hace cinco años que salió de la marca alemana para dirigir el departamento de marketing de la firma japonesa que según él es, como Mercedes Benz, una "multinacional familiar", con las ventajas de unos recursos importantes pero sin perder de vista el "toque humano" en la gestión.

Cuenta además con el viento a favor en estos momentos ya que preparan una ofensiva de nuevos productos con los que esperan seguir arañando la parte del pastel que creen que les corresponde en un mercado cada vez más competitivo en el que no están dispuestos a dejar de crecer, aunque no sea sacando a un gigante del mismo.