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Reportaje:

El 'hombre diez' en Indianápolis

Walter Dix, el atleta que se niega a dejar la universidad, será la gran amenaza para todos los velocistas en los campeonatos de EE UU

Carlos Arribas

Walter Dix, que tiene 21 años, apenas hace pesas en el gimnasio para no engordar mucho y, además, no sabe salir bien de los tacos, dicen los expertos. ¿Y? Dix, añade su entrenador, Ken Harnden, tiene todavía que madurar muscularmente, el flexor de la cadera y los abdominales son músculos que aún tienen que coger más volumen. Sí, ¿y? Michael Johnson batió el récord mundial de los 200 metros (unos aún increíbles 19,32s) a los 28 años, lo que quiere decir que la velocidad es una cuestión de madurez, que es como el vino, que tienen que pasar varios años de crecientes cargas de entrenamiento para que en un organismo se dé la conjunción mágica, porque la velocidad depende de la fuerza y la fuerza depende de la edad, filosofa Clyde Hart, que fue el entrenador de Johnson. De acuerdo.

¿Y qué?

Walter Dix, que es muy joven, que se niega a dejar la universidad hasta que no se licencie, que es un saco de defectos y, además, es inmaduro físicamente, es también el hombre más rápido del mundo en lo que va de 2007. Suyas son las mejores marcas mundiales en los 100 metros (9,93s: la segunda es de Asafa Powell, el recordman mundial, 9,97s) y los 200 metros (19,69s: conseguidos, increíblemente, desde la soledad de una calle 7). Suyo también es el deseo de brillar este fin de semana en unos campeonatos de Estados Unidos (en Indianápolis, desde hoy hasta el domingo) que se anuncian espectaculares, y no sólo porque también revistan el carácter de trials, de pruebas de selección para el Mundial de Osaka. Todos estarán, y todos estarán con ganas, en plena forma. Y, sobre todo, estarán todos los del 200 metros, la prueba estrella del atletismo mundial en 2006 que lleva camino de alcanzar un nivel superior en 2007. Algunos hablan ya de que este año caerá por fin la marca de Johnson, que ya ha cumplido 11 años y que fue tan excepcional en su momento que, como dice el propio Johnson, deprimió a cantidad de velocistas, que se creían incapaces de acercarse siquiera a los 19,32s.

Pero ahora todo eso cambió: cuatro jovenzuelos -Xavier Carter, Wallace Spearmon, Tyson Gay y Walter Dix, ninguno ha cumplido aún los 25- han conseguido entre el verano de 2006 y esta primavera cuatro de las seis mejores marcas de la historia en el 200. Y los cuatro se verán las caras en Indianápolis (primera ronda el sábado, madrugada del domingo en España; semifinales y final, el domingo noche) en una carrera que podría ser histórica: sólo se clasifican tres para Osaka y que por primera vez un sprinter podría quedarse fuera de unos Mundiales pese a bajar de 20s en la media vuelta de pista.

No es que a Dix, el hombre diez, como su apellido proclama en francés, le vuelva loco la perspectiva de participar en el Mundial. Ya en 2005, cuando quedó cuarto en los 100 metros, renunció a formar parte del relevo en el Mundial de Helsinki. "No es algo que esté deseando", ha declarado el atleta, fatigado por la larga temporada universitaria, que abrió batiendo el récord universitario de Estados Unidos de los 200 metros y cerró, hace diez días, con tres medallas de oro en los campeonatos: 100 metros, 200 metros y relevo 4 x 100. Nadie había sido capaz de dominar de tal forma las pruebas cortas desde que lo hiciera en 1969 el gran John Carlos, el del black power en México 68.

El deseo de muchos románticos es que Dix haga el doblete en Indianápolis. Sería una suerte de reivindicación del atleta que prefiere estudiar a hacerse millonario inmediatamente en manos de Nike, Adidas o Reebok. Del joven inmaduro físicamente, madurísimo mentalmente, que prefiere hablar de Jesse Owens, que prefiere hablar de títulos, de récords, antes que de dinero. Dix, de Florida, estudiante en Tallahassee, hijo de profesores, tiene otros sueños. Ni siquiera tiene aún muy seguro que vaya a participar el sábado en los 200 metros -el 100 se desarrolla entre hoy y mañana-. O por lo menos eso dice. "Los 100 metros son mi gran objetivo", no hace más que repetir. "Los 200 están ahí por si acaso, por si fallo antes". Su objetivo es también batir el récord universitario de los 100 metros, mejorar los 9,92s de Ato Boldon en 1996. Y el propio Boldon, que también es su patrocinador espiritual, le apoya en sus elecciones. "Haría bien corriendo sólo el 100", dice el atleta y futbolista de Trinidad y Tobago. Tiene todo el tiempo del mundo por delante".

Dix, haciendo la ele, su señal de victoria.
Dix, haciendo la ele, su señal de victoria.AP

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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