El Atlético se avergüenza
El desastre ante el Barça provoca la "indignación" de la directiva y buena parte de los aficionados
"Teníamos dos opciones: montar el pollo a la plantilla o pasar página. Hemos optado por la segunda: borrar el 0-6 de las cabezas de los jugadores y consolidar la UEFA cuanto antes". "Inquieto" por el repaso que le dio el Barça, "más que nada por la mala imagen mostrada en la segunda parte", el comité de dirección del Atlético optó ayer, en su reunión de cada 15 días, por dar una moratoria a los futbolistas. En el club consideran que entrar a sangre y fuego en el vestuario tras la afrenta del Barcelona -el Atlético jamás había perdido de semejante manera como local-, empatado a 69 puntos con el Madrid, podría perjudicar del todo el acceso a la Copa de la UEFA. "Después, una vez conseguido el objetivo, ya veremos", advierten desde el club.
"Podíamos montar el pollo o pasar la página. Hemos optado por lo segundo", asegura el club
Las peñas no fletarán "ni un solo autobús" a Tarragona después de "semejante bochorno"
La actitud de los jugadores, "la indignante forma en que bajaron los brazos", no gustó en el palco. "No dieron la cara", resumió el presidente, Enrique Cerezo. Tampoco agradó a los aficionados. Las peñas del Atlético no fletarán "ni un solo autobús" a Tarragona después de "semejante bochorno". "Lo normal sería enviar un par, pero hemos decidido adoptar esta medida", cuenta Fernando Romero, voz de la mitad (300) de las asociaciones de seguidores colchoneros. Romero se desmarca de las alusiones a las pancartas que apoyaban una victoria azulgrana: "Serían aficionados del Barça infiltrados; menos un par de locos, la inmensa mayoría de la masa social apoyó al equipo".
El futuro del Atlético pasa por Europa, donde no se le ve el pelo desde hace siete años. Los responsables del departamento comercial han diseñado una estrategia, inspirada en la del Manchester United, con la que, a su entender, podrían igualar los ingresos publicitarios del Barça en cinco años. Para ellos, la disputa de la UEFA, que reportaría ocho millones de euros, es "fundamental". La escuadra cobra en torno a 20 millones por temporada en conceptos de televisión, mientras el Barça ronda los 60. Más lejos está el Madrid (70).
Ajeno a las cuitas publicitarias, buena parte del respetable, incluido el cantautor Joaquín Sabina, empezó a desfilar el domingo antes del término del encuentro. Algunos incluso jalearon, a modo de chanza, un disparo de Ronaldinho desde su propio campo. El Barça ya ganaba 0-4. "¡Huuyy!", exclamó la grada cuando Pichu atajó sin complicaciones el balón. "No hay diferencia entre nuestra manera de jugar y la de los equipos que se juegan el descenso", apura un hincha, Rubén Villalba. Todavía guarda "como un tesoro" la camiseta de la temporada de 1996, el año del doblete. "¡Liga y Copa!". "Ese equipo tenía personalidad, no como el de ahora", se reivindica Radomir Antic, el técnico que logró la proeza. Al contrario que otros seguidores, Rubén da su nombre y apellido sin problemas. El resto no lo hace "por vergüenza".
Adelardo, uno de los jugadores más emblemáticos de la casa -tres Ligas, otras tantas Copas, una Recopa, una Intercontinental y una Eurocopa- adelanta que él no se habría ido del estadio. "Habría seguido en mi asiento hasta el final", afirma. A continuación, matiza: "Lo que me dio fue mucha pena y mucha vergüenza, como cuando el equipo bajó a Segunda. Entonces me parecía imposible. La sensación que tuve entonces fue igual a la que sentí contra el Barça". ¿Y qué hay de aquellos hinchas que aun así se alegraron de favorecer al Barça? "¡El buen atlético quería que ganase el Atlético! ¿Qué más da lo que le pase al Madrid?", se indigna el venerable centrocampista. Eso sí, Adelardo opina que "hoy día no se sienten los colores como antes. Nacíamos y moríamos en el mismo equipo. Hoy, los profesionales están un día aquí y al otro allá. Tienen el sartén por el mango", se lamenta.
Fernando Torres es el único superviviente de la plantilla que logró el ascenso en 2002 tras los dos añitos en el infierno. Las peñas y el club entienden que el capitán rojiblanco parecía el más conmocionado, "y que por tanto siente los colores", en el set del Barça. Entretanto, la directiva afronta la tormenta pendiente del calendario del Villarreal, su inmediato perseguidor: "Este fin de semana juegan en Valencia y la última jornada visitan al Sevilla. Eso nos favorece".
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