En los límites

Las fronteras siguen constituyendo una referencia importante en el mundo de hoy pese a que nos encontremos en plena era de la globalización. Ésta es la tesis de partida de la exposición Entre fronteras, un intento por presentar un conjunto de reflexiones individuales y con enfoques muy diversos sobre los fenómenos que ocurren en los territorios limítrofes. A lo largo de las últimas décadas muchas fronteras han caído, otras se han levantado en su lugar e incluso han nacido nuevos países que ni siquiera saben a ciencia cierta si son tales. Y es que las verdaderas fronteras de hoy en día son las mentales, es decir, las barreras políticas, económicas y culturales que impiden atravesar los límites que nos separan de otros seres humanos.

Los límites entre realidad y ficción, la noción de espacio y los fenómenos migratorios son algunos de los temas centrales que tratan los creadores presentes en la muestra. Así, por ejemplo, el artista de origen suizo Costa Vece crea a través de una instalación un territorio físico destinado a albergar a inmigrantes y apátridas. Se da la paradoja de que un espacio inicialmente destinado a dar acogida a personas también puede convertirse en una cárcel, como podemos ver que ocurre a menudo en la vida real cuando grupos de inmigrantes llegan a un país europeo y se quedan en tierra de nadie, esperado a ser repatriados o a que alguien los acoja.

Precisamente esto es lo que

les sucede a las protagonistas del vídeo realizado por Guzmán de Yarza. El artista español sigue a cuatro dominicanas que pasean por Belgrado a la espera de ser repatriadas y refleja con su cámara la situación de desconcierto de las caribeñas en un país que nada tiene que ver con el entorno del que provienen. Otras veces la sorpresa llega cuando se empieza a conocer la cultura del país de origen de unos padres emigrantes. Jun Yang, artista de origen chino pero criado en Europa, sólo conoce la tierra de sus padres por el restaurante chino que regentan en Viena y por las películas de Hollywood. En su obra aborda la construcción de paraísos imaginarios en la mente de los emigrantes que no se corresponden con la realidad que dejaron en su tierra natal.

Las historias relatadas por los distintos artistas acaban creando un retrato muy crudo de la realidad. La conclusión es que en el mundo actual la ruptura de fronteras y la creación de instrumentos de comunicación universales no ha resultado algo tan positivo como a priori podría parecer. En realidad se han generado nuevos problemas que a veces pueden llegar a ser peores que los que existían con anterioridad. La sensación de desarraigo o los problemas de comunicación en el seno de las propias familias emigrantes son sólo dos ejemplos de los nuevos conflictos que han aparecido en un mundo cada vez más globalizado y en el que las fronteras siguen presentes, aunque hayan cambiado su apariencia.