La cámara intuitiva de Peter Whitehead
El CGAI recupera la filmografía completa del documentalista inglés sobre los años 60
Por delante de la cámara del cineasta inglés Peter Whitehead (Liverpool, 1937) desfilaron personajes como Allen Ginsberg, los Rolling Stones de Brian Jones, un Paul Auster universitario o los Pink Floyd de Syd Barret. Testigo del célebre Swingin' London en la década de los sesenta, inspiración de Antonioni para el protagonista de su filme Blow Up (1966), Whitehead abandonó el cine hacia 1970 y se dedicó a la cría de halcones. El Centro Galego das Artes da Imaxe organiza este mes de febrero, en A Coruña, una retrospectiva de la obra cinematográfica del autor de Liverpool.
El ciclo del CGAI se proyecta en paralelo al que la Cinemateca Francesa realiza en París. "Asistimos a una cierta recuperación de la figura de Peter Whitehead, aunque sea en circuitos restringidos", explica el responsable de programación del CGAI, José Manuel Sande. Las 12 películas de Whitehead se difundieron antes en el Festival de Cine de Xixón y dentro de unas jornadas en Noruega. "Excepto el filme de 1966, Charlie is my darling, sobre la gira irlandesa de los Rolling Stones y que está retenida por los propietarios de los derechos", explica Sande, "pasamos la filmografía completa de Whitehead".
Después de rodar, en 1964, una obra de carácter científico, la mirada documental de Whitehead se sumergió en el animado Londres de los años 60. Si en Wholly Communion, que se proyectará en A Coruña el 12 de febrero, grabó un recital poético en Inglaterra con la plana mayor de la generación Beat -Ginsberg, Ferlinghetti o Corso-, Tonite let's make all love in London, un día después en el CGAI, recuenta figuras célebres que pululaban por la ciudad en aquellos años. Los actores Lee Marvin, Michael Caine y Vanesa Redgrave o los cantantes de rock Eric Burdon y Mick Jagger expresan sus opiniones artísticas o políticas mientras los primeros Pink Floyd atruenan de fondo. Para José Manuel Sande, "existe la intuición en el cine de Whitehead de alguien que pasaba por allí y decidía grabar, sin premeditación".
"Peter Whitehead era un tipo sobrado pero carismático", continúa Sande, "entre cargante y simpático, que se encontró en el medio de los acontecimientos que filma, medio por casualidad, medio por curiosidad". En su trabajo de 1969, The fall, programado en A Coruña el día 16 de este mes, el cineasta británico repasó las revueltas estudiantiles del campus de Columbia y los disturbios raciales de Nueva Jersey, entrevistó al dramaturgo Arthur Miller en Estados Unidos e incluso a un joven universitario llamado Paul Auster. "La exigencia política de Whitehead, sin embargo, no está clara", apunta José Manuel Sande. Según explica el responsable de programación del CGAI, Whitehead guardaba las distancias con documentalistas cinematográficos contemporáneos más directamente políticos, "como los de la BBC, que encabezaba Peter Watkins".
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