Bici y marisco para Nadal de madrugada
Cuando le dijeron que su próximo rival saldría del duelo entre Rafa Nadal y el británico Andy Murray, el chileno Fernando González sólo comentó: "Espero que jueguen cinco sets, que corran mucho y se cansen más". Sus deseos, ya se sabe, se cumplieron sobradamente. Nadal tardó casi cuatro horas en ganar a Murray y no se fue del club de Melbourne hasta las tres y media de la madrugada. Mucho esfuerzo y poco descanso con vistas al partido de hoy.
"Rafa acabó con las piernas bastante mal, tocadas", explica Rafael Maymó, su fisioterapeuta; "Murray le hizo correr bastante, mucho. Por eso, al terminar, hicimos ejercicios de regeneración aeróbica, un ratito en la bicicleta estática para intentar recuperarle un poquito. Es una práctica muy suave, para mover un poco las piernas, que pase la sangre y la musculatura se regenere de forma más rápida. Estuvo diez minutos. Simplemente, para que no se quedara quieto nada más jugar, porque así se queda todo muy contracturado. Es una recuperación activa. Luego, hicimos estiramientos muy suaves porque, con las piernas en ese estado, mejor no tocar mucho".
Terminada la rutina que sigue sólo a sus partidos maratonianos, justo antes de atender a la prensa y cuando ya las agujas del reloj se acercaban a las cuatro de la mañana, Nadal comió fruta y preparados proteínicos. Y después, al hotel en uno de los lujosos coches de la organización. "Llegamos hacia las cuatro", dice Toni Nadal a las puertas del exclusivo comedor de los tenistas; "hizo un poco de masaje, se trató con el fisio y descansó. Hoy [ayer] se ha quedado en el hotel porque se ha levantado sobre las tres y pico de la tarde".
Antes de acostarse, sin embargo, Nadal siguió trabajando. "Al terminar el partido, comió un preparado proteínico, algo de fruta y, en el hotel, pasta, carbohidratos y una sopa de marisco. Después de cuatro horas de lucha es importante recuperarse", analiza Maymó, que no dejó que el número dos del mundo se acostara hasta que cumplió con el doloroso rito que cierra sus noches de tenis más difíciles: "Hicimos baños de contraste. En la bañera pusimos agua fría con un poco de hielo y estuvo tres minutos. Luego se dio una ducha de agua caliente".
Como la mayoría de los tenistas, Nadal se aloja en el Crowne Towers, en pleno centro de Melbourne, cerca del casino y al lado del río Yarra, que parte la ciudad en dos. Eso tiene ventajas: dos pistas iguales que las del Open a un paso de la habitación, por ejemplo. "Hoy (ayer) se ha quedado en el hotel porque se ha levantado sobre las tres y pico de la tarde".
Antes de acostarse, sin embargo, Nadal siguió trabajando. "Al terminar el partido, comió un preparado proteínico, algo de fruta y, en el hotel, pasta, carbohidratos y una sopa de marisco. Después de cuatro horas de lucha es importante recuperarse", analiza Maymó, que no dejó que el número dos del mundo se acostara hasta que cumplió con el doloroso rito que cierra sus noches de tenis más difíciles: "Hicimos baños de contraste. En la bañera pusimos agua fría con un poco de hielo y estuvo tres minutos. Luego se dio una ducha de agua caliente".
Como la mayoría de los tenistas, Nadal se aloja en el Crowne Towers, en pleno centro de Melbourne, cerca del casino y al lado del río Yarra, que parte la ciudad en dos. Eso tiene ventajas: dos pistas iguales que las del Open a un paso de la habitación, por ejemplo. "Hoy", dice Toni Nadal, "nos entrenaremos en el hotel porque tampoco vamos a hacer mucho. El partido fue suficientemente duro. Queremos sólo tocar un poco la pelota. Nada más".
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