El año de las 456 medallas
España cierra con números récord en campeonatos internacionales la temporada bisagra de la Olimpiada de Pekín
La cara más visible, la que ha colocado a España como una de las grandes potencias deportivas mundiales, la han mostrado, domingo tras domingo, figuras como Fernando Alonso, campeón mundial de fórmula 1, Rafa Nadal, triunfador en Roland Garros, Alejandro Valverde y sus victorias en la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y Álvaro Bautista en el Mundial de motociclismo, el triatleta Javier Gómez Noya, ganador de la Copa del Mundo, el Barça de fútbol y su Champions, el Ciudad Real de balonmano o golfistas varios. También la han exhibido en competiciones más puntuales Pau Gasol al frente de la selección española de baloncesto o atletas como Marta Domínguez o Paquillo Fernández en el Campeonato de Europa.
Sus éxitos en torneos, en carreras, en partidos, han sido tan numerosos que han generado una dinámica inusitada: apenas sin tiempo para regodearse con una victoria, o, incluso, simultáneamente, llegaba otra, con lo que no ha habido espacio para la reflexión o el retrogusto.
Pero, dicho esto, hagan una prueba. Hagan como si ninguna de las grandes figuras hubiera dado una a derechas en todo 2006. ¿Qué queda? Más de lo que muchos puedan pensar. Y no sólo la Operación Puerto y los efectos de la entrada en vigor de la ley Antidopaje.
Queda el núcleo duro, dos ficheros Excel que, en miles de líneas, resumen la actuación de todos los deportistas españoles el año que hoy termina. La verdadera cara del deporte español. Números excelentes. Aunque suenen a exagerados. Sumando todos los campeonatos de Europa y mundiales disputados en 2006, en todas sus categorías, desde juveniles en adelante, los deportistas españoles consiguieron 456 medallas.
De ellas, más de la mitad, 247, corresponden a federaciones de deportes olímpicos -de todas ellas salvo bádminton, béisbol, boxeo, deportes de hielo, deportes de nieve y voleibol-, lo que constituye un elemento alentador a dos años de los Juegos de Pekín 2008, aunque, precisión importante, sólo un tercio de ellas, 85, las consiguieran los deportistas en modalidades olímpicas. Las restantes 162 provienen de una variada serie de competiciones, algunas muy importantes, como el Mundial en pista cubierta de atletismo, el Europeo de natación en piscina corta o el Europeo de cross, y otras menos prestigiosas, como fútbol sala, balonmano playa, biatlón moderno o tiro con armas históricas.
Pero junto a este matiz también destaca otro dato: 43 de las 85 medallas logradas en especialidades olímpicas fueron conseguidas en competiciones juveniles, júnior, sub-14, sub-17 o sub-23. En ellas han destacado deportistas muy jóvenes como los nadadores Mireia Belmonte (dos veces campeona mundial júnior y dos veces campeona europea) y Juan Luis Rodríguez Pulido, el gimnasta Sergio Muñoz, la halterófila María de la Puente, la saltadora Karina Silva, los tenistas Carla Suárez y Carlos Boluda, la tiradora Beatriz Martínez y el ciclista Hodei Mazquiarán, o las selecciones juveniles de baloncesto, fútbol, piragüismo y tiro con arco.
La mayoría de estos deportistas jóvenes no se beneficiarán aún directamente de los 57 millones de euros con que está dotado el Plan ADO para Pekín 2008, pues sus miras están dirigidas hacia Londres 2012, pero sí que se pueden considerar hijos de las fuertes subvenciones que, provenientes de 14 empresas privadas, han movilizado a las federaciones españolas, de los nuevos aires que se respiran.
Gracias a ello, al dinero invertido por las empresas, la categoría de deportista de élite, aun en deportes minoritarios o de poca repercusión económica, cobra en España casi la condición de profesión. La nueva ley del sector, que se aprobará próximamente, ahondará aún más en la filosofía de que el éxito sólo puede llegar si deportistas y técnicos gozan de seguridad económica con una serie de medidas, incluido un plan de créditos a interés cero.
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