"¿No te da vergüenza?"

En el descanso del partido que enfrentó al Madrid con el Écija, hace dos semanas, en la Copa, Fabio Capello desató su furia sobre Ronaldo. El Madrid no había logrado manejar el encuentro y el marcador reflejaba un 0-0. El Bernabéu comenzó a dedicar sus primeros pitos cuando los dos equipos encararon la caseta. Una vez dentro, el técnico italiano eligió a su víctima y desenrolló una invectiva humillante. Entre lo más suave que escucharon los compañeros retumbó una pregunta hiriente: "¿No te da vergüenza estar así de gordo?".

Ronaldo respondió con indiferencia. El brasileño, que es de los que hacen la guerra con humor, dejó que Capello se desahogase. A diferencia de Cassano, multado y apartado del equipo por faltar al respeto al entrenador, él no dijo ni una palabra. En la segunda parte saltó al campo, dio un pase perfecto que desequilibró a la defensa del Écija para el primer gol madridista, de Beckham, y anotó el segundo tras una finta genial. Luego, sufrió un esguince de rodilla que le ha mantenido fuera de la competición durante dos semanas. Comenzó a entrenarse con el equipo el miércoles. Pero Capello consideró que no está listo para Mestalla.

A Ronaldo no le gusta que le hablen de su presunto sobrepeso y Capello, cada vez que puede, emite comentarios en público al respecto. Ayer, el técnico no hizo una excepción: "Ronaldo lleva entrenándose tres días con el equipo y se está recuperando muy bien. Si sigue así, estará listo para el próximo domingo. Ha bajado de peso y esto es muy bueno para su rodilla. Estoy muy contento con él. Hemos hablado y quedarse aquí [en el Madrid] es lo mejor".

Quienes conocen a Capello dentro del club aseguran que las filípicas violentas, los insultos, son parte de la estrategia de motivación que emplea con el gremio de los futbolistas. El propio Mijatovic, en su época de figura madridista, sufrió las descalificaciones de Capello en el vestuario. El italiano procuró machacar el ego del montenegrino y, por alguna razón, éste se lo agradece todavía hoy. Pero quienes conocen a Ronaldo sostienen que se trata de un hombre distinto. Inteligente y sensible, es tan propenso a responder a estímulos afectivos como inmune al autoritarismo.

Desde el verano pasado, Ronaldo vive en aprietos. En el vestuario lo acorrala Capello y en el club ciertos dirigentes favorables a venderlo al mejor postor. Los esfuerzos de la secretaría técnica por contratar a Higuaín, a quien Mijatovic define como "un punta moderno, que ayuda a sus compañeros y que presiona", no son una buena señal. Las lesiones tampoco lo han ayudado. Pero su nervio competitivo se mantiene intacto. El viernes, mientras la plantilla celebraba el aperitivo semanal, Ronaldo decidió prolongar su sesión de entrenamiento con un kilómetro y medio de carrera continua. Al pasar junto a las mesas repletas de cerveza, pinchos de tortilla, marisco y embutidos, se abstuvo de tocar nada. Los testigos contemplaron admirados cómo Ronaldo se limitaba a comer una manzana.

Ayer, Ronaldo lucía una agradable línea corporal. Salió del vestuario con la media sonrisa de satisfacción que le caracteriza y, cuando le preguntaron si entraría en la expedición para Valencia, replicó con un chiste. "No lo sé", ironizó; "todavía no han sacado la lista. Llamaré luego a ver si estoy en ella".

Ronaldo se encuentra completamente recuperado de su lesión, pero no estará en Mestalla. En el club aseguran que sólo le queda dedicar una semana a entrenarse "seriamente" para estar a punto. Todos coinciden en que podrá regresar para recibir al Athletic.

El cuerpo técnico del Madrid presta mucha atención al programa informático que analiza el despliegue físico de cada jugador mediante un sistema de cámaras instaladas en el primer anillo del Bernabéu. Al parecer, la máquina contabiliza los metros que se mueve cada cual sobre el terreno. Los resultados revelan que Raúl y Beckham podrían haberse dedicado al maratón o al medio fondo a nivel olímpico. También señalan que Ronaldo no tiene genes etíopes por más que Capello le exija correr sin descanso.

El mismo software que analiza los partidos sirve para aportar pruebas irrefutables de que Capello no necesita graduar sus gafas. Esto es lo que hizo ayer el italiano, que acudió, muy solemne, a la sala de prensa de Valdebebas portando tres fotos en color que captaban la secuencia del fuera de juego de Carew en un plano picado antes de lograr el primer gol del Lyon (2-2). Al parecer, Capello se sintió muy molesto por los comentarios que leyó en la prensa el miércoles pasado, tras denunciar el error del línier en el partido de la Liga de Campeones. Algunos articulistas sostuvieron que el gol era lícito y le invitaron a graduar sus lentes. El esfuerzo que hizo Capello por desmentirlos resultó conmovedor.

"Han dicho que tenía que cambiar de gafas", se quejó a los periodistas desde el estrado; "estas fotografías demuestran que Carew estaba en fuera de juego. ¡Venid y mirad, que no muerden!".