Cazorla saca brillo al Recre

"Lo mejor es que te vayas. Tienes a mucha gente por delante y jugarás poco". Así despidió el pasado verano el técnico del Villarreal, Manuel Pellegrini, a una de las joyas de la cantera, Santi Cazorla. El interior asturiano, de 21 años, hizo las maletas y después de descartar varias ofertas recaló en el Recreativo a precio de ganga: 500.000 euros con una opción de recompra para el conjunto amarillo de un millón a final de curso. En Huelva están encantados con el pequeño jugador, líder de una propuesta futbolística atrevida que ha llevado al decano al sexto lugar con el presupuesto más bajo de la Liga, 18 millones de euros.

Cazorla resume el fútbol alegre del Recre, el toque-toque de su entrenador, Marcelino García. "Estoy encantado. Tengo libertad por si quiero dejar la banda e ir al centro. Nos gusta tocarla. Tenemos gente de mucha calidad y el míster nos pide que lleguemos arriba dando buen trato al balón. El equipo sabe a lo que juega", explica Cazorla, arropado en el campo por Viqueira y Jesús Vázquez y asociado a Javi Guerrero y Sinama. "Necesitaba ser titular, tener continuidad, que se me viera", añade.

El asturiano es el centrocampista con más jugadas en el área y el tercero que más remata

El interior ha superado las sospechas sobre su físico (mide 1,69) y su producción se ha disparado: suma dos goles y tres asistencias, es el medio de la Liga con más jugadas en el área y el tercero que más remata, tras Arango y Yeste. El domingo, ante Osasuna, burló a Monreal con un caño y superó a Font en velocidad para salir airoso de la esquina del córner y fabricar el primer gol de su equipo. "Juega muy suelto, como en el Villarreal. Es tan completo que no hay debate sobre su posición, puede jugar por las bandas o de media punta. Técnicamente lo tiene todo, regatea, conduce y chuta, y maneja las dos piernas", le define Juan Carlos Garrido, director de fútbol base del Villarreal. "Tiene desborde y gran dominio del balón", añade Óscar Arias, secretario técnico del Recreativo.

El liderazgo tiránico de Riquelme y los fichajes de Cani y Pirés despidieron a Cazorla del Madrigal. "El Villarreal es cantera y no todos tienen cabida. Para él fue bueno irse para madurar y crecer", apunta Garrido. El Recreativo, recién ascendido de Segunda, le convirtió en el pilar de su juego en la tercera temporada de su historia en Primera -en las dos anteriores descendió el mismo curso-. "El entrenador me dijo que jugaría mucho y eso me decidió. Fueron los que más apostaron por mí", recuerda agradecido Cazorla. Marcelino, claro, está feliz con el chico. "Siempre he defendido el fútbol vistoso, al ataque y con la defensa adelantada. Aún tenemos margen para mejorar", resume el técnico, también asturiano. "Hicimos un equipo para dar continuidad a la filosofía del entrenador. Somos fieles a su idea, aunque sea arriesgada. Queremos posesión del balón, intensidad y ritmo alto. Eso nos exige mucha atención cuando perdemos la pelota. Es un juego valiente", presume Arias.

La apuesta pasa por Marcelino, debutante en la categoría y en cuyo palmarés sólo brilla un ascenso a Segunda B con el Lealtad en 1998 y el de la temporada pasada a Primera con el Recreativo. El club renovó la plantilla con 13 fichajes, entre ellos tres del Villarreal (Cazorla, Arzo y López Vallejo), y el invento funciona. El Recre suma casi la mitad de los puntos que necesita para salvarse, está en puestos de UEFA y a tres puntos de la Champions, y destila un fútbol alegre. Es, por ejemplo, el sexto equipo con mayor posesión como local. "Todo va bien", dice Cazorla, "estamos disfrutando".