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Entrevista:MIGUEL ÁNGEL LOTINA | Entrenador de la Real Sociedad

"La Real está viviendo un auténtico drama"

Jordi Quixano

Miguel Ángel Lotina (Meñaka, Vizcaya, 1957) afronta uno de los retos más difíciles de su carrera al frente de la dirección técnica de la Real Sociedad, el último clasificado de la Liga y el único que todavía no sabe qué es ganar. El equipo, inevitablemente salpicado por la crisis institucional y económica que atraviesa el club y minado por la errática política de fichajes llevada a cabo durante las últimas temporadas, necesita un revulsivo. Lotina confía en su experiencia en otros equipos a los que ha salvado del descenso como el Osasuna en 2001 y el Espanyol el año pasado, tras vencer en el último partido en ambas ocasiones precisamente a la Real Sociedad.

Pregunta. Recala en la Real en un momento muy comprometido.

"Nos eliminaron en la Copa y la gente aplaudió. Creo que con esa afición es imposible bajar"
"El equipo no está roto pero me he encontrado a los jugadores un poco tristes y preocupados"

Respuesta. La verdad es que sí. La pena es que no he tenido tiempo para planificar la temporada, para hacer fichajes. Pero traigo muchísima ilusión porque es un club que siempre me ha gustado y que me ofrece un reto difícil de superar. Es extraño, pero me encuentro cómodo en este tipo de situaciones. Aunque si he fichado por la Real ha sido por coherencia. Es una entidad con mucho prestigio. Si me lo hubiera ofrecido en julio, habría aceptado encantado. Aquí me han recibido con los brazos abiertos y tenemos tiempo para mejorar. Desde ayer mismo contamos con Jesuli, del Sevilla, un futbolista necesario porque carecemos de pegada. Pero no creo que podamos fichar a mucho más. Creo que el dinero no sobra...

P. ¿Qué le ocurre exactamente a la Real?

R. Para ser honesto, no lo sé a ciencia cierta. La Real es un club que trabaja muy bien, que tiene unas magníficas instalaciones, que pule con aciero la canteras. Creo que es una entidad ejemplar, de las mejores, que tiene un futuro enorme. Pero hoy está viviendo un auténtico drama. Es un club que trabaja con ganas, que está muy modernizado. Pero ahora no le están saliendo las cosas. Es una auténtica pena que no tenga el premio de ganar con más frecuencia. Pero soy muy optimista porque tenemos mucho tiempo para mejorar. Estoy convencido de que podemos salvarnos.

P. Pero algo habrá que cambiar, ¿no?

R. Algo no, mucho. Es evidente que si el equipo está ahí abajo, tan hundido en la clasificación, es por muchos motivos. El problema que se nos plantea ahora es que es difícil remontar la situación. Pero creo que le daremos la vuelta a la tortilla. Al equipo, sobre todo, le faltan hábitos. Creo que lo más importante es que empecemos por lo básico, por ser un equipo. Eso es algo que hasta ahora ha costado más de lo deseado. Hay que hacer las cosas desde el principio. No podemos construir la casa por el tejado. Por fortuna, confío en este equipo; tiene calidad para salir adelante, para tratar bien al balón y para salvar la categoría.

P. La Real ha marcado cinco goles y encajado 17, ¿una rémora difícil de superar?

R. Hoy por hoy, desde luego. La diferencia es demasiado abultada. Hay que mejorar en todos los aspectos. Pero ahora sólo me importa que el equipo empiece a familiarizarse con el balón, que tenga más posesión de la pelota en cada partido. Creo que es fundamental que nos habituemos a jugar al fútbol. Quiero que el equipo juegue muy ordenado, compacto, que le incomode al rival, que no sea fácil de batir, que cree ocasiones. En definitiva, que sea un buen equipo. Y para ello, aunque tengamos que sudar, hay que hacerlo pasito a pasito. Luego ya podremos exigir resultados. En el fútbol no se gana, si no tienes unos hábitos y fundamentos claros.

P. ¿Cómo se ha encontrado a los jugadores?

R. La verdad es que han sorprendido un poco. Pensaba que el equipo estaría roto, pero nada más lejos de la realidad. El vestuario está muy unido, que creo que es algo realmente importante para revertir una situación precaria. Además, los jugadores están habituados a trabajar, a esforzarse. Eso es mérito es de los técnicos que tenían antes, de Jose Mari Bakero. Pero a la vez me los he encontrado un poco tristes y bastante preocupados. Ahora, mi misión consiste en dotarles de la confianza que han perdido a lo largo de estas jornadas.

P. ¿Qué le dice la gente por la calle?

R. La mayoría se me acerca y me explica que la esperanza es lo último que van a perder. La verdad es que cuando escucho eso, me alegran el día. Ellos, al igual que yo, saben que salvar al equipo es un cometido difícil. Pero con esa actitud nos ayudan en nuestra tarea y nos espolean a asumir más responsabilidades, a intentar jugar con identidad propia. Creo que una buena afición surge en los malos momentos. Ahora es cuando tienen que empujar al equipo. Y, hasta ahora no tengo queja. El miércoles perdimos la eliminatoria de Copa ante el Málaga y la mayoría de la gente se arrancó a aplaudir, a animar. Esos momentos se te quedan grabados en la retina y piensas que con esa afición es imposible bajar.

P. La afición española también anima y el equipo no responde. ¿Le llegó a llamar Ángel Maria Villar [Presidente de la RFEF] para sustituir a Luis Aragonés?

R. Para nada. Quiero desmentir ese rumor. No hablé ni con Villar ni con nadie de la Federación. Al principio me hizo ilusión la posibilidad de entrenar a España, pero luego me enfadé por cómo se sucidieron las cosas. No creo que fuese acertado que siguieran los rumores cuando el equipo se jugaba el prestigio contra Suecia. Me sentí a disgusto porque cuando un equipo juega un partido importante hay que hablar sólo de eso.

P. ¿Un partido tan importante como el que usted juega este fin de semana contra el Espanyol?

R. Más o menos.

P. ¿Llegaron a despedirle la temporada pasada?

R. Sí. No me lo dijeron a mí pero sí a mi ayudante. Luego, tras una reunión de los mandamases, me ratificaron.

P. ¿Qué le pasa al Espanyol que nunca encuentra la tranquilidad necesaria?

R. Es una entidad complicada porque hay mucha gente con poder. Es muy difícil de gobernar un club donde tantas personas ponen dinero. En mi opinión, las sociedades anónimas funcionan bien cuando la mayoría de las acciones recaen en una sola persona. Entre comillas, cuando hay un dictador, un dueño que no tiene que dar explicaciones a nadie. Así, se puede equivocar o acertar, pero es sólo una persona con, eso sí, asesores profesionales. Los problemas del Espanyol tienen el origen en su estructura.

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