"Pretendemos redescubrir el sabor del juego compartido en la calle"

Canciones populares, juegos, bailes y muñecos que el público podrá manipular forman parte de Aquí te espero, espectáculo de Titiriteros de Binéfar en el que Paco Paricio (Barcelona, 1955) desempeña las tareas de cantante, animador y director. En sus 30 años de existencia, la compañía aragonesa ha actuado en una veintena de países.

Pregunta. ¿Qué aguarda al espectador de Aquí te espero?

Respuesta. Sobre todo, el juego. Pretendemos que se redescubra el sabor del juego compartido en la calle. Hay unas claves en los juegos tradicionales de corro, en los bailes de pareja, en las cadenetas, que yo creo que son claves para vivir. Quizá uno de los grandes males de nuestro tiempo es que los chavales pierden enseguida la infancia.

P. ¿Su espectáculo encaja en un festival de folk?

R. Sí. Nosotros hacemos música tradicional.

P. ¿Esas canciones tradicionales siguen teniendo gancho en la era de los videojuegos?

R. Tal vez tienen menos porque se conocen menos. Encuentro dos problemas: al niño le estamos dando unos modelos con los que le hacemos adolescente antes de hora, y los chavales tienen menos espacio de juego. Ahora, a lo mejor, los chavales valoran menos lo tradicional, pero en cuanto lo conocen se enredan.

P. Presumen de tener un público inteligente.

R. Sí. Nosotros no salimos en la tele, al margen de informaciones puntuales, nuestros discos no salen con una gran discográfica, y a veces se lo ponemos un poquito difícil a la gente. Hacemos espectáculos de títeres sin palabras, con doble lectura o adivinanzas, y eso hace que el niño tenga que estar, de alguna forma, trabajando. Nos gusta pensar que el público sabe que hay un mensaje, una moraleja. Todo lo que hacemos debe tener un sentido.

P. ¿El sonajero es el primer títire que manejamos?

R. Sí, el sonajero que la madre mueve. Es un objeto que la madre quiere que el niño crea que está vivo, pero estoy intentando descubrir si la madre también mueve el sonajero un poco para encontrar el paraíso que dejó en la infancia, para divertirse ella misma.

P. ¿Mantiene los objetivos con que fundó la compañía?

R. Sí, hemos querido hacer siempre un teatro muy popular, combinar títeres y música. Hemos conseguido ser viables en este momento, hemos crecido y hemos logrado un objetivo que no podíamos ni soñar: hacer en los Pirineos un museo y una casa de títeres donde no vayamos nosotros a buscar a la gente, sino que la gente venga a vernos.