Codorníu introduce el contrato relevo en su convenio colectivo para rejuvenecer a la plantilla

La compañía vitivinícola Codorníu ha introducido el contrato relevo en su nuevo convenio colectivo con el fin de rejuvenecer a la plantilla, que está formada por 900 personas y acumula una gran antigüedad, según han informado a Efe fuentes sindicales. El contrato relevo es un sistema subvencionado por el Gobierno por el cual un trabajador de 61 años se jubila de forma parcial, cumpliendo sólo una parte mínima de su jornada, y es sustituido por otro más joven.

Esta práctica para rejuvenecer al personal es nueva en el sector vinícola, pero muy habitual en el ramo industrial.

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La compañía vitivinícola Codorníu ha introducido el contrato relevo en su nuevo convenio colectivo con el fin de rejuvenecer a la plantilla, que está formada por 900 personas y acumula una gran antigüedad, según han informado a Efe fuentes sindicales. El contrato relevo es un sistema subvencionado por el Gobierno por el cual un trabajador de 61 años se jubila de forma parcial, cumpliendo sólo una parte mínima de su jornada, y es sustituido por otro más joven.

Esta práctica para rejuvenecer al personal es nueva en el sector vinícola, pero muy habitual en el ramo industrial.

La compañía automovilística Seat, por ejemplo, la lleva aplicando desde hace años y ya ha incorporado a 5.000 trabajadores jóvenes que trabajan el 100% del tiempo frente al 15% del tiempo que trabajan los empleados más veteranos a los que sustituyen. Estos nuevos trabajadores, que cobran el 20% menos, se convierten en fijos a los dos años y empiezan a tener el mismo salario que el resto de empleados al séptimo año de trabajo en la empresa.

Codorníu, la segunda empresa de cava después de Freixenet, ha adoptado esta medida al menos con vistas a 2006 y 2007, que es el periodo de vigencia del convenio colectivo. Recientemente, también ha reestructurado su red comercial en España, lo cual ha supuesto el despido de siete trabajadores -entre ellos, el director de la delegación en Madrid- y ha prejubilado a otros tres.

La familia Raventós, propietaria de la empresa, ha realizado el ajuste tras dos campañas difíciles para el cava catalán, que ha perdido ventas a raíz del boicoteo que algunos sectores promovieron contra este producto por trifulcas políticas. Otro problema del sector es la madurez del mercado español y la competencia del champán francés, que gana cada vez más adeptos entre los consumidores nacionales.

Por otra parte, los vinos elaborados en Cataluña han perdido peso específico en el conjunto del mercado español al pasar de una cuota de mercado del 7,1% en 2004 al 6,9% en 2005, de acuerdo con un estudio elaborado por la consultora AC Nielsen por encargo del Instituto Catalán del Vino.

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