Estocolmo joven y sugerente

Existe una isla en Estocolmo insólita, sugerente y joven. Su nombre es Södermalm. Durante años sólo fue otro barrio obrero más; sin embargo, ahora está lleno de tiendas de diseño, moda, cafés y galerías de arte. Es el lugar de los artistas, los diseñadores y de aquellos que buscan una ciudad distinta a la de los paseos en barco, las casas de colores del centro histórico o la visita a clásicos como el Ayuntamiento, donde se celebra la cena de gala de los Premios Nobel, o a la biblioteca pública y el cementerio de Skogskyrkogärden -declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco-, estas dos últimas obras del genial arquitecto Erik Gunnar Asplund.

La de Södermalm es una visita para aquellos turistas dispuestos a callejear sin mirar el reloj, demorarse en los escaparates y disfrutar con los interiores de algunos locales. También puede pasar que uno se aturda en medio de este batiburrillo sugerente en el que una tienda de ropa es también un café con acogedores sillones, como ocurre con Sivletto (Malmgardsvägen, 16-18. www sivletto.com). Pero por algo ésta es la isla más dinámica de las miles que forman el archipiélago.

Se sitúa al sur de Gamla Stan, el centro histórico lleno de tiendas de souvenirs y restaurantes, y la mejor manera de llegar hasta ella es coger el metro y bajarse en Medborgarplatsen. Al salir, aparece la gran plaza con cafés y restaurantes siempre llenos de gente. La mayoría de las tiendas se ubica en lo que se conoce como SOFO (South of Folkungsgatan, una de las calles principales). En esta zona, la fría capital de Suecia emula al centro de Londres o Nueva York. Desde Götsgatan, y en dirección sur (es fácil orientarse porque se ve la gigantesca cúpula blanca del Globen Stadion), se puede torcer por Koksgatan. Enseguida, en la esquina con Östgatan, está Kvadrat, una tienda de objetos de diseño y decoración para la casa. En el número 26 de Koksgatan destaca la nueva Galleri Clay, donde la dueña tiene previsto dar clases de cerámica (algo que en este país es más una tradición que un hobby). En Äsögatan, la paralela en dirección hacia el sur, se encuentran Adesso (www.adessostockholm.se), otra tienda de mobiliario y decoración, que destaca por sus colecciones de alfombras, y Sneakersnstuff, donde se vende moda para un público joven. En el interior, las zapatillas y los zapatos se exponen como si fueran cuadros. El mobiliario es de madera y de estilo muy barroco. La tienda tiene un característico toque kitsch. Más arriba, en el 163 de Äsögatan, está Lo Scudetto, el mejor restaurante italiano de Estocolmo, según algunas guías de la ciudad.

En Södermanngatan casi no hay un hueco que no esté cubierto por cafés y tiendas de ropa y decoración. En la esquina con Bondegatan destaca Coctail de Luxe, que tiene una hermana gemela en Skanengatan, 71. En ambas se pueden encontrar desde sillas, lámparas, despertadores, objetos para la cocina o felpudos hasta un traje de sevillanas.

Grandes ventanales

Uno de los cafés imprescindibles en Södermalm es String (www.cafestring.com), decorado con decenas de sillas y butacas distintas forradas en escay o piel. En el interior destaca un gran semáforo y una moto antigua. Un lugar para ser visto, ya que todo el local se vuelca a la calle a través de grandes ventanales. Lo kitsch y lo industrial (las tuberías quedan a la vista en el techo) se funden, resumiendo la estética ecléctica del barrio. En el 46 de Bondegatan llegamos a Tjallmalla, un espacio en el que empiezan a vender a comisión sus colecciones algunos jóvenes diseñadores suecos. No muy lejos, en Erstagatan, está Matkultur, el mejor restaurante de Estocolmo, en opinión de Matti Klenell, uno de los diseñadores jóvenes más destacados de Suecia. Volviendo hacia Götgatan, en Skänegatan, en apenas 20 metros se puede elegir entre comer en un turco (A la Turka) o un japonés (Sushi-ya). No demasiado lejos, en el número 16 de Malmgarsdvägen, se emplaza Sivletto, la mejor tienda de ropa de Södermalm en opinión de Defyra, un cuarteto de jovencísimas diseñadoras que está de moda. Nada más abrir la puerta, una estrechísima y oscura escalera de caracol promete a primera vista un buen tropezón. Al llegar abajo, sorprende encontrar un espacio tan amplio. En el primer rellano hay unas mesas muy acogedoras donde uno se puede tomar un café. A continuación se bajan cuatro o cinco peldaños y aparece la tienda, donde un antiguo Opel Kadett y una mesa de billar sirven de expositores. Pero la joya es un enorme Pontiac a salvo de los curiosos tras una verja metálica. Ropa vintage y espíritu rockabilly en una agradable atmósfera retro.

Desde aquí, Götgatan se alcanza a tiro de piedra. No está de más acercarse al hotel Clarion (www.clarionstockholm.com), en Ringsvägen, 98, Proyectado por la arquitecta Ulla Bergström, el diseño interior corre a cargo de Lars Helling, que coordina el trabajo de varios artistas escandinavos. En la cafetería, totalmente volcada a la calle mediante una gran fachada de vidrio y que por la noche se convierte en uno de los bares más animados de la zona, las butacas clásicas de la marca Knoll le dan al espacio un refinado empaque. El paseo se puede terminar con una cerveza en Indigo (Götgatan 19), el bar preferido de las cuatro chicas de Defyra, y una visita a 10-gruppen (Götgatan 25), tienda fundada hace más de tres décadas donde 10 diseñadores suecos exponen y venden sus objetos (www.tiogruppen.com). Para comer algo, una buena idea es dirigirse al oeste, hacia Sankt Paulsgatan. Allí está el Texas Smokehouse, un restaurante americano de calidad. No muy lejos se encuentra el estudio de los arquitectos, interioristas y diseñadores más reconocidos internacionalmente de este país: CKR (Claesson-Koivisto-Rune). Su trabajo, que se nutre de distintas culturas y refleja una gran sensibilidad artística, puede ser el mejor reflejo de un Estocolmo distinto y joven que, sin renunciar a sus tópicos turísticos de agua y verde y a su condición de ciudad comprometida con la defensa del medio ambiente, tiene en Södermalm un insólito y chispeante exponente de creatividad.