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La Bolsa sale a Bolsa

BME se declara dispuesta a aliarse con algún gran mercado europeo cuando salte al parqué

La Bolsa española sale a Bolsa. La sociedad que agrupa a los cuatro mercados nacionales, Bolsas y Mercados Españoles (BME), saltará a los parqués a principios de julio, previsiblemente. Y lo hará en un momento delicado. Los grandes mercados internacionales están inmersos en un complejo proceso de concentración al que, por ahora, sólo han escapado las bolsas españoles e italianos. Así que, una vez que salga al mercado, ¿qué futuro le espera a BME, teniendo en cuenta que empezará a cotizar en el momento en el que las grandes bolsas se han embarcado en una danza nupcial?

El salto al parqué de BME está tan sólo pendiente de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dé el visto bueno a su folleto de oferta pública de venta de acciones (OPV), lo que previsiblemente sucederá a principios de esta semana. El Consejo de Administración ya ha anunciado la banda orientativa de precios a que empezará a cotizar la compañía: entre 26,3 y 33,5 euros. Ello significa que el valor de mercado de BME se situará entre 2.199 y 2.801 millones de euros, lo que colocará a la entidad holding entre los 10 mayores mercados del mundo. Concretamente, estará inmediatamente por debajo de la Bolsa de Londres que, al cierre del pasado viernes, presentaba una capitalización bursátil de 3.516,67 millones de euros y, pudiera darse, por delante de Nasdaq, que valía 2.419,89 millones de euros.

El posible pretendiente de la compañía deberá obtener el visto bueno del Gobierno
España e Italia son los únicos mercados que aún están al margen de la oleada de fusiones
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Bolsas y Mercados Españoles estará a años luz, en todo caso, de los grandes mercados mundiales que, además, están intentando aumentar su tamaño. La Deutsche Börse, la mayor Bolsa del mundo en términos de capitalización bursátil, vale ocho veces más, 10.618,2 millones de euros. También estará lejos de Euronext, con un valor de 7.879,01 millones de euros, y la Bolsa de Nueva York -o New York Stock Exchange (NYSE)-, cuya capitalización alcanza los 7.464,27 millones de euros.

La Bolsa de Nueva York y Euronext han anunciado, precisamente, su compromiso matrimonial en lo que sería el primer experimento de unión transatlántica entre mercados. Pero la Deutsche Börse no está dispuesta a dejarse arrebatar tan codiciada pareja, y no ceja en su cortejo a una Euronext poco receptiva a los requiebros alemanes. No es ningún secreto que su unión sería la preferida por los dirigentes políticos europeos. Hasta el discretísimo Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), se ha mostrado a favor de una clara adhesión a un proyecto europeo. Y mejor aún, según ha precisado, a una fusión entre bolsas de la zona euro.

Euronext y Deutsche Börse no se han olvidado, además, de los dos mercados independientes más pequeños que quedan en Europa Occidental, Milán y Madrid. La plaza italiana podría bien pronto caer en manos de uno u otro. En las últimas semanas, tanto Euronext como Deutsche Börse han mantenido contactos con la Bolsa milanesa, incluso se espera una inminente oferta por parte de Euronext.

Parece difícil que los mercados españoles queden al margen de esta oleada, máxime si Borsa Italiana acaba siendo engullida por alguno de los grandes mercados. En todo caso, serán los futuros dueños de BME quienes decidirán el futuro de la compañía. A la espera de conocer los detalles de la operación, de los 27,653 millones de acciones que saldrán al mercado (un 33,07% del capital), el 30% se destinará a inversores minoristas. Otro 30% se colocará entre fondos españoles, y el 40% restante, entre fondos extranjeros.

En la mente de los promotores de la OPV ya se contempla, como no podía ser de otra manera, algún tipo de integración con los grandes grupos. La compañía ha reconocido a los analistas, en las presentaciones previas a la salida a Bolsa, que BME "está abierta a posibles alianzas paneuropeas destinadas a crear valor para sus accionistas".

Hace hincapié BME en que dos de sus puntos fuertes son un modelo de negocio integrado que abarca desde la cotización hasta la compensación y liquidación de valores, y unos sistemas informáticos de primera categoría. "BME fue el primer mercado internacional en interconectar distintas bolsas", explicaba la compañía a los analistas en referencia a la creación del mercado continuo en 1989, que permitió la negociación electrónica entre los mercados de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. BME, que en 2005 obtuvo un beneficio neto de 102,1 millones de euros con unos ingresos de 237 millones, presume también de ser muy eficiente.

Pero también estaría dispuesto a cerrar acuerdos en "áreas de negocio concreto". En este sentido, ya cuenta con cierta experiencia con Deutsche Börse, con quien se reparte el capital de Infobolsa, sociedad creada en 1990 para difundir información bursátil.

Sea quien sea el posible pretendiente de BME, deberá pasar por el filtro del Gobierno, que dispone de derecho de veto sobre cualquier compra de participaciones significativas de su capital. Y por participación significativa, la reciente reforma de la Ley del Mercado de Valores que blindó a BME entiende un 1% del capital.

La otra gran incógnita que se cierne sobre BME, y que también podría poner en cuestión su andadura independiente, es la que planteará la entrada en vigor en 2007 de la directiva de Mercados e Instrumentos Financieros (Mifid, por sus siglas en inglés). La futura normativa eliminará el monopolio de que ahora gozan las bolsas en la contratación de valores. Ello abrirá el paso, como ya sucedió en Estados Unidos, a la creación de plataformas de negociación que prometen arrebatar negocio a los mercados tradicionales. BME reconocía ante los analistas que "no es posible predecir con precisión los efectos de la Mifid", pero anticipa posibles efectos en los volúmenes de negocio debido a la existencia de nuevos centros y la aparición de nuevas alternativas para la compensación y la liquidación.

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