"Nadie creía en nosotros"
José Luis Brown anotó su primer y único gol con Argentina en la final que la 'albiceleste' ganó a Alemania en México 86
"¿La calidad del jabugo es la misma?". José Luis Brown (Buenos Aires; 49 años), dos años en el Murcia, tuvo la mala fortuna de marcar su único gol con la selección argentina en el Mundial de México 86, el Mundial de Maradona, de la mano de Dios y del mejor gol que jamás se haya visto en la Copa del Mundo. El Tata Brown abrió el marcador contra Alemania (3-2) en la final que acogió el Estadio Azteca de México DF.
Pregunta. El único gol que mete con la albiceleste y coincide con los de Maradona.
Respuesta. ¡Sí, sin duda! Lo de Diego... Para nosotros lo era todo, aunque lo más lindo fue que el equipo se adaptó a Maradona y Maradona se adaptó al equipo. Porque Maradona, antes de estar con nosotros, también anduvo en otras selecciones, y no rindió de la manera en que lo hizo en México.
"Hubo un choque y me lesioné el hombro, así que rompí la camiseta y por ahí 'calcé' la mano"
"Eso que se dice de Bilardo, que jugaba con alfileres, son leyendas urbanas"
P. Aunque no sea un récord, marcó su único gol con Argentina en la final de México.
R. Siempre he hecho goles, pero con la selección marqué sólo una vez, ¡que no es poco! Fue en un tiro libre desde el costado, en una jugada que nosotros trabajábamos. El encargado de pegarle a la pelota era Burruchaga; la tenía que pegar con la parte interna del pie para que la pelota, bueno, hiciera una comba, como le llamamos aquí... Lo que no pensaba el arquero Schumacher era que la pelota, a medida que iba entrando en el área, se iría abriendo. Lo único que tuve que hacer fue saltar y poner la cabeza.
P. Era el minuto 22, y Argentina se ponía por delante.
R. ¡Con Alemania enfrente nunca te puedes fiar! Es un equipo que nunca, nunca cambia su forma de jugar. Así ellos vayan perdiendo 1-0, 2-0, siguen igual. Tienen un esquema, tienen un estilo y lo respetan a muerte. Hasta el punto, imagínese, que íbamos ganando por 2-0, nos empataron y en ningún momento se desesperaron. Cuando nos pusimos 3-2 en ningún momento se descontrolaron. Siguieron jugando de la misma manera.
P. ¿Qué se decían en la defensa cuando empató Rummenigge?
R. Ves que estás ante Alemania, ¡que se acercan y que empatan! No nos podíamos creer lo que nos estaba sucediendo, nos habíamos preparado mentalmente, sabíamos que Alemania explotaba al máximo absolutamente todo... Fue cuando volvieron a florecer las ganas que tenía Argentina. Y afortunadamente, en un contragolpe, Burruchaga hizo el tercer gol. Bueno, medio gol es de Maradona, ¡porque vaya pase le metió! ¡Ja, ja!
P. Usted jugó tocado.
R. Tenía un golpe en el hombro derecho, y bueno, gran parte del segundo tiempo, después de un choque con Berthold, la jugué lesionado. Me hice un agujero en la camiseta con los dientes y por ahí calcé mi mano y así terminé el partido. En una final del Mundo no quieres salir de la cancha, quieres continuar, el pundonor florece. Jamás se me cruzó por la cabeza abandonar.
P. Beckenbauer también jugó de la misma guisa la final de Inglaterra 66.
R. Me enteré después que el Kaiser había jugado con el brazo en cabestrillo. Pero bueno, uno no lo hace copiando a nadie, lo haces pensando en que tienes que dar lo mejor para el equipo.
P. ¿Fue el partido más difícil?
R. No, eso queda para el de Inglaterra. Para nosotros tenía algo extra, en lo futbolístico, y aunque nunca nos metimos en cuestiones políticas, lo que había ocurrido en 1982 con las Malvinas... Era muy especial.
P. Fue un espectador de lujo del gol de Maradona.
R. ¿Qué puedo decir? No se puede describir con palabras.
P. ¿Qué les adoctrinaba Bilardo?
R. Me convocó a la selección en cuanto asumió el cargo. Me conocía desde que tenía 17 años, cuando por entonces era el director técnico de Estudiantes. Sabía perfectamente lo que le podía rendir en el equipo. Lo mío era la concentración, la atención a los cruces, ordenar el equipo... Bilardo no quería sobresaltos.
P. ¿Nada de alfileres?
R. ... Eso se dice de Bilardo en otra época, pero tampoco lo creo. No, no, son leyendas urbanas de la década de los sesenta. Entonces yo era muy pichón. Me cuesta creerlas, le conozco bastante bien y ni se me cruza por la cabeza que eso sea cierto.
P. El equipo era una incógnita.
R. Nadie creía en nosotros, nos tuvimos que ir antes de lo previsto de Argentina porque se decía que el ministro de deportes quería echar a Bilardo. Nos fuimos con todas, todas, en contra. Hicimos ver a la gente que estaban equivocados.
P. Se lo recordaron cantando.
R. ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡Era un poco fuerte! La letra decía así: ¡Argentina va a salir campeón / Argentina va a salir campeón / se lo dedicamos a todos / la reputa que los parió!
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