"¡No me enteré!"
Gyan, autor del primer gol de Ghana en un Mundial, no juega hoy
Cuando Asamoah Gyan dio las primeras patadas a un balón tenía siete años, estaba en Accra, su ciudad natal y no se imaginaba que 13 años después se convertiría en el primer jugador de la selección ghanesa en marcar un gol en un Mundial. Ha hecho historia en la primera participación de las estrellas negras en la cita futbolística más importante. Fue el héroe del partido ante la República Checa: marcó el primer gol tras apenas dos minutos -hasta ahora es el gol más rápido del Mundial- y metió el pase del 2-0.
Pero tenía razón el escritor argentino Osvaldo Soriano cuando decía que "el fútbol es la metáfora de la vida". Y es que en la vida no se puede tenerlo todo. Especialmente si juegas al fútbol y debutas en un Mundial con 20 años. Gyan, que además del gol y de la asistencia, provocó un penalti, vio la tarjeta amarilla porque lanzó el máximo castigo antes de que el colegiado pitara. Mientras Elizondo, el colegiado argentino, expulsaba al central checo Ujfalusi, Gyan estaba celebrando su segundo gol. Dejó el festejo, desconcertado, tras ver la tarjeta amarilla. "No me enteré. Había tanto ruido en las gradas que cuando escuché un silbato pensé que era del colegiado. Y disparé", asegura algo resignado en conversación telefónica con EL PAÍS. "Se lo expliqué pero no me hizo caso y, encima, fallé el penalti". Esa tarjeta amarilla pesa como una roja, porque el joven delantero ghanés -amonestado en el primer partido, contra Italia- se perderá el choque decisivo de hoy contra Estados Unidos que podría valerle a Ghana el pase a los octavos de final y, dependiendo de lo que hagan Italia y República Checa, incluso el primer puesto en el grupo E.
Fue una ingenuidad, conviene él. "Es una lástima. Me da pena sobre todo por el entrenador, porque sé que soy una pieza clave en el equipo, y ahora habrá que buscar una alternativa", explica preocupado también por la ausencia de Muntari que no jugará hoy por el mismo motivo que él. "Dujkovic no me ha regañado. Es un hombre tranquilo. Le gusta más jugar que hablar. Le he pedido disculpas", asegura Gyan. El caso es que el joven delantero ghanés verá el partido desde el banquillo. "Estamos convencidos de que ganaremos", afirma.
Gyan se confiesa aficionado de Brasil. "Desde que vi jugar a Ronaldo me convertí en hincha de la canarinha. Es mi segundo equipo", dice. "Si pasamos a octavos y nos toca Brasil, le pediré la camiseta", asegura entre risas. Se pone serio sólo cuando le toca analizar el grupo E. "Puede pasar cualquier cosa, todo está muy abierto. Contra Italia tuvimos problemas de concentración, pero la victoria ante los checos nos dio confianza", explica. "Espero que pasemos los dos: me gusta como juegan los azzurri", añade sin esconder el cariño que tiene a la que denomina su patria de adopción desde que juega en el Módena.
Su familia -uno de sus hermanos juega con el Dinamo de Moscú- todavía no ha viajado a Alemania para verle. "Dicen que están orgullosos de mí, pero prefieren quedarse en Accra y ver los partidos por televisión. Sufren menos", sostiene. El joven delantero es el único que ha guardado el cheque de 8.000 euros, que el presidente de Ghana, John Kuffour, regaló a la selección como premio por la histórica clasificación. "El dinero está en el banco. Luego decidiré qué hacer".
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