Ucrania, último tren ante Arabia Saudí

En la concentración de Ucrania, todas las caras miran al cielo. Los jugadores fruncen el ceño, protegiéndose los ojos con las manos. Todos siguen atentamente los telediarios. Su mayor preocupación no es el rival de hoy, Arabia Saudí, huérfana de Al-Shlhoub, que ha abandonado Alemania para volver a casa y asistir al entierro de su madre. A los ucranios les preocupa el calor. El sol. Son gente acostumbrada al frío y la nieve, y están obsesionados por la temperatura y la humedad que Shevchenko y los suyos se encontrarán hoy cuando salgan al campo, a la seis de la tarde, para enfrentarse a Arabia Saudí. La obsesión, por otra parte, es compartida por su rival. Con importantes matices: "Me gusta la lluvia, pero no jugar con ella", explica Marcos Paquetá, el entrenador del equipo asiático. "Las altas temperaturas son peligrosas para Ucrania, como la lluvia para nosotros. Necesito que el sol vuelva".

Blokhin, el entrenador de Ucrania, un hombre con espíritu y mano de hierro, explica la humillante derrota de su equipo ante España (4-0), según dos razones. Primera: "Ninguno de mis jugadores fue disciplinado. Ninguno siguió mis instrucciones". Segunda: "Nos falta experiencia. Jugamos a las 3 de la tarde, con mucho calor, y no estamos acostumbrados". Nadie puede decir, sin embargo, que las altas temperaturas pillaran a Blokhin -un obseso de la planificación y la práctica científica del fútbol- por sorpresa: tuvo al equipo entrenando bajo el sol durante los días previos al torneo, sufriendo temperaturas de hasta 32º. Tanto esfuerzo no tuvo recompensa ante España. Y ahora hay miedo a que los jugadores de Arabia Saudí, acostumbrados al calor del desierto, se aprovechen de la circunstancia.

Por eso los ucranios miran al cielo. Por eso se sientan ante los televisores con nerviosismo. Las previsiones no son buenas para sus intereses: se espera que en Hamburgo dominen los cielos despejados. Se espera que salga el sol. La temperatura prevista: 24º.