"Mal encuentro, buen resultado"

Los brazos cruzados sobre el pecho. Todo el partido, de pie. Nuestra Señora, de Caravaggio, colgando del cuello. Y, como una diferencia respecto a hace cuatro años, en Japón y Corea del Sur, una reproducción de la Virgen de Fátima, según confesó, en el bolsillo del pantalón de su chándal. Ahí está el campeón mundial de 2002, Luis Felipe Scolari, Felipão.

Lleva ocho partidos como seleccionador en una fase final mundialista y los ocho ganados. Los siete al frente de Brasil en el torneo precedente y el de ayer al mando de Portugal. El de anoche, sin embargo, no terminó de satisfacerle: "Mal encuentro, buen resultado. No hay más resumen. Teníamos que ganar y ganamos. El primer envite hay que ganarlo siempre y como sea. Y eso hemos hecho". "Ahora nos faltan seis", añadió Scolari recordando que el camino al título lo componen siete citas. Para él, la cuenta atrás ha empezado.

Campeón del mundo con Brasil en 2002 y subcampeón de Europa con Portugal en 2004, Scolari, a sus 57 años, sufrió ayer más de la cuenta. Dijo que lo esperaba: "El primer partido siempre es difícil, y más si te toca contra un equipo que juega supermotivado como Angola".

Scolari sabe que en un Mundial los puntos no se regalan: "Nadie gana fácil. Irán tuvo el partido dominado contra México. Fue mejor. El segundo y el tercer gol de los americanos disimuló el resultado. ¿Y Suecia? No pudo contra diez? ¿Quién gana fácil?". El hombre que hizo pentacampeón a Brasil recordó también que hace cuatro años a Portugal le cayeron tres goles en los primeros 15 minutos de partido para ahondar en la idea de que ganar a Angola por 1-0 "no está nada mal; antes, al contrario".

Le molestó, eso sí, que Figo hablara de que en el segundo tiempo fue peor el remedio que el resultado. "Tuvimos el control del partido porque metimos más gente en el centro del campo y tuvimos alguna ocasión para sentenciar, pero, en líneas generales, no fue un buen partido", vino a decir el capitán con muy buena voluntad. "Ya estoy viendo los titulares. Estas cosas hay que analizarlas en casa, en el vestuario", dijo el entrenador lamentando los tres pies que le pueda buscar al gato la prensa.

Figo coincidió con él al comentar que poco importa ganar por 5-4 que por 1-0. "Un Mundial o lo empiezas ganando o te vas muy pronto a casa", recordó el capitán portugués, probablemente el mejor jugador cobre el césped. Corrió como lo que no es, un juvenil, y regaló el gol que marcó Pauleta. Lógico que la grada se lo agradeciera coreando aquello de "¡o rei, o rei, o Figo es nosso rei".

Puede que Figo sea el rey futbolistico de este Portugal vestido de granate terciopelo que ayer se enfrentó a su ex colonia, un equipo cargado de buenas intenciones que le plantó cara y le hizo sudar cara la victoria. Y, al frente de todos, es Scolari quien manda, rodeado del mismo grupo de colaboradores con los que trabajó camino del penta brasileño en Asia. Allí fueron siete victorias de siete partidos. Con Portugal ya pasó la primera prueba.