Laia Marull. 'Nina'
Poseída por el espíritu de Mafalda, la de Barna viene a Madrid a hacer teatro por primera vez y a demostrar que no sólo de ojos vive la actriz
Tu última peli es de 2005 (Oculto) y en el teatro hace mucho que no se te ve el pelo. ¿Dónde estabas?
Metida en el armario, por inactividad. Tampoco quiero forrarme, así que espero que lleguen los trabajos que me interesan, que no son ni los reportajes de moda ni la publicidad. Es que luego no te gusta lo que haces y es una tortura.
¿Qué sensaciones te produce debutar en Madrid?
Ninguna especial, creo que me sentiría igual si debutara en Soria o en Cádiz.
¿Pero tú ya habías estado por aquí, al menos de juerga?
Sí, y me estoy reconciliando ahora con la ciudad. Me ha gustado siempre mucho, pero ha tenido una etapa de mucho estancamiento y ahora parece que está despertando culturalmente.
¿Te has tenido que comprar una casa nueva después de tanto premio con Te doy mis ojos?
No, los premios no dan dinero. La verdad es que ese año me lo llevé todo y me hizo mucha ilusión, pero es muy extraño que te den tanto premio de repente.
Ya puestos, ¿por qué no los repartes?
Pues tal y como están los tiempos, no sé si le daría algún premio a alguien.
¿Vas de actriz atípica o es que lo eres?
¿Y qué es una actriz típica? No sé, nos dedicamos a hacer películas y obras de teatro, ¿tan raro es? ¿Es más difícil que otros trabajos? Tampoco es para creerse semidioses, que hay mucho divino y mucha divina, incluso antes de empezar, que yo lo flipo.
Creo que Mafalda tuvo algo que ver para que fueras actriz
Sí, cuando tuve que elegir abrí un libro de Mafalda y ella me dio la solución. Y creo que me ha ido bien. Soy mafaldiana.
Yo diría que eres la mismísima Mafalda en carne y hueso.
Quién sabe
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