"Una emoción indescriptible"

Una portería quebrada por el peso de los aficionados era, tras el partido, el símbolo de la felicidad vivida anoche en el estadio Reyno de Navarra. Con la afición entregada al delirio, los jugadores rojillos decidieron dedicarle el triunfo y la clasificación para la Liga de Campeones. Primero, subiendo hasta el palco, una vieja tradición de cuando se celebraban los ascensos a Primera, hace apenas un lustro, y después entregándose a las masas en la plaza del Castillo, epicentro pamplonés y evocador de festejos sanfermineros.

"Se trata de una emoción indescriptible. No me alcanza el éxito para comprender lo que ocurre. Me rebasa la víscera", aseguró Javier Aguirre durante su comparecencia. "Es el colofón de cuatro años de trabajo y, como siempre en Osasuna, con ese gol final que nos llenó de nervios e hizo que 20.000 personas solicitasen al árbitro que no fuera cruel y que pitase", explicó, divertido, el mexicano. "En el descanso sabíamos que dependíamos de nosotros mismos y así lo hemos hecho", comentó un emocionado Milosevic, autor del primer tanto.

Pero, si la alegría resultaba imparable en el conjunto navarro, el técnico valencianista, Quique Flores, no se mostró decepcionado, sino que justificó el tercer puesto en la Liga como un éxito del grupo, aunque con final amargo. El único jugador de la plantilla que salió bien parado fue Villa. El goleador, tras su 25º tanto, se aupó al primer puesto de los realizadores con Eto'o, al que le queda, eso sí, un partido.