Marca Barça
Aunque ninguna competición tiene la épica de la Copa de Europa, sobre todo por su instantaneidad y dramatismo, no hay torneo mejor que el de Liga para saber sobre la salud de un equipo. Ha sido el Barcelona el más regular, el más fiable y también el mejor, por no decir el más moderno, tanto por sus futbolistas como por su estilo de juego. La estabilidad azulgrana no parece nada coyuntural. Más que ganar el campeonato, el Barça ha revalidado el título, circunstancia que ningún club conseguía desde 1997-1998 y 1998-1999, cuando repitieron también los barcelonistas, aspirantes ahora igualmente al doblete (Liga y Copa de Europa) que alcanzaron en 1992.
El Barcelona encontró un plan desde las últimas elecciones presidenciales del año 2003, cuando Joan Laporta accedió en junio a la presidencia y en diciembre mantuvo a Frank Rijkaard en el banquillo, y el equipo ha venido funcionado estupendamente hasta convertirse en un referente futbolístico. Acertaron los técnicos a la hora de reformar la plantilla, al punto que hoy preocupa más mantener la cohabitación de las estrellas, y sobre todo evitar los egoismos e insistir en la cultura de la solidaridad, que los posibles refuerzos, aunque Henry despierta la admiración de la mayoría de sectores del barcelonismo.
La controversia que provocó inicialmente la partida de futbolistas como Riquelme, Cocu, Reina, Luis García, Saviola o Davids, jugador decisivo para entender la transformación del juego azulgrana, fue contrarrestada rápidamente por el impacto de fichajes como los de Ronaldinho, Deco, Eto'o o Márquez. Ronaldinho le ha cambiado el juego al equipo y la cara al club. El Barcelona es hoy sobre todo un equipo alegre que difícilmente pierde un partido. La Liga se le ha dado por ganada desde hace tantas jornadas que el alirón incluso ha parecido retrasarse más de la cuenta, sin reparar en los rivales. Ocurrió que el bipartidismo que se abonaba al inicio de temporada sólo duró medio año. El Real Madrid dimitió muy pronto, y ni Deportivo ni Valencia, los otros dos equipos que ha ganado el título en los últimos años, han sido capaces de discutir la autoridad azulgrana. Hay síntomas de agotamiento en Riazor y es demasiado pronto para exigir responsabilidades mayores al nuevo equipo de Mestalla, que está completando un curso excelente con Quique Sánchez Flores al mando.
Ha mejorado el Barcelona cada temporada al tiempo que sus jugadores son distinguidos con los mejores premios. Una vez que ha deslumbrado Ronaldinho, las luces se posan ahora sobre Messi, decisivo a la hora de cambiar de marcha en la Liga y en la Copa de Europa, singular en cada partido. Aunque argentino de nacimiento, circunstancia que avala la competitividad y el fútbol directo frente al jogo bonito, Messi ha completado su formación en la cantera.
Los jugadores del fútbol base ha sido el hilo condutor de los equipos campeones, uno de los puntos de conexión entre el equipo de Rijkaard y el dream team de Cruyff, que, por otra parte, se nutrió mucho más de jugadores nacionales, especialmente vascos. Los extranjeros han marcado las diferencias mientras que los canteranos definían el estilo. Xavi e Iniesta han sido decisivos, Valdés se ha consolidado como portero, Oleguer juega igual de lateral que de central y Puyol es el capitán. La marca Barça es imborrable.
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