_
_
_
_
Necrológica:NECROLÓGICAS
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Gerard Reve, escritor holandés

Considerado el precursor de la novela moderna nacional, hizo pública su condición de homosexual en los años sesenta

Isabel Ferrer

Al hablar de Gerard Reve, la crítica holandesa añade siempre el apelativo de "escritor del pueblo". Una forma de calificación ganada ya con su primer título, Las noches, aparecido en 1947 cuando el país emergía de la II Guerra Mundial. Considerado también el mejor de sus libros, supuso en cierto modo un lastre.

Se convirtió en lo que hoy llamaríamos una "bomba literaria" por la fuerza de su contenido y los eruditos de la lengua condenaron una prosa consagrada a describir la inútil existencia de Frits, el protagonista. Aburrido, sin aspiraciones y desposeído en apariencia de cualquier ansia trascendente, el efecto desestabilizador que dicha figura podía tener sobre una sociedad herida, le valió a Reve acusaciones de toda índole. Algunos críticos llegaron a decir que los trabajadores cabales deberían "limpiarse la boca", después de leerle.

Los jóvenes de los años cincuenta, por el contrario, lo recibieron con entusiasmo. Sujetos aún a la autoridad de unos adultos que habían sufrido el trauma bélico, por fin aparecía alguien que reflejaba su malestar. Willem F. Hermans, que junto con Harry Mulisch y el propio Reve componen el trío de ases de las letras holandesas del siglo XX, dijo enseguida que Las noches era una obra capital e imposible de olvidar.

Menos proclive a alabar a sus colegas, Mulisch, el único superviviente, aseguró el pasado fin de semana que empezar con una novela tan llamativa suele crear problemas. "Es mejor iniciarse con lo malo y avanzar con el tiempo", sentenció. Sí le concedió a Reve el valor de haber roto tabúes sociales a través de la homosexualidad y su enfoque religioso.

Cuando alguna vez rememoraba su niñez, el autor echaba de menos ciertos ritos en su ambiente hogareño. Lo explicaba de una forma literaria, pero aun así reflejaba la rigidez doctrinaria de un padre comunista que no toleraba veleidades pequeño burguesas.

En 1948 se casó con la poetisa Hanny Michaelis. Una década después, y cuando él declaró su homosexualidad, la pareja se separó. Ella traduciría al holandés El acróbata y otras historias, el libro que Reve escribió en inglés durante los años pasados en el Reino Unido tratando en vano de hacerse un hueco allí.

En 1966 publicó un volumen de cartas que provocó un auténtico revuelo. Titulado Cercano a Ti, era una relación epistolar de su forma de enfocar el amor. Para la iglesia católica, resultó intolerable que en una de las misivas describiera una relación con el Señor, reencarnado en un asno. Acusado de blasfemo, la demanda fue desestimada al final.

Después de varias relaciones, su última pareja, el artista Joop Schafthuizen, le acompañó en sus últimas horas en una residencia para enfermos de Alzheimer en Bélgica. Un final liberador a la vez que irónico, para un autor galardonado con los mayores premios literarios de su tierra.

El más relevante, el Gran Premio de las Letras Neerlandesas (equivalente al Cervantes), le procuró otro sobresalto. Investigada su pareja por presunta pederastia, el rey Alberto II de Bélgica se negó a concedérselo. El galardón honra cada tres años, alternativamente, a un autor holandés o flamenco que lo reciben del monarca del país vecino. Al final se optó por un acto íntimo, algo que molestó mucho a Reve.-

Gerard Reve.
Gerard Reve.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_