El Cádiz sale del descenso
El cuadro andaluz marca por vez primera dos goles en casa y tumba al Espanyol
Luis García corría hacia su banquillo para celebrar el gol del empate. Sin embargo, no se sabe muy bien cómo, Óscar Limia, el portero del Cádiz, atrapó desde el suelo una pelota imposible que se colaba en la portería. El delantero españolista tiró a puerta, el guardameta despejó, el balón dio en el poste y se colaba pero desde el suelo una mano prodigiosa sostuvo la pelota en el límite entre la igualada a uno y mantener la ventaja amarilla. Una demostración de reflejos soberbia. El estadio Carranza enloqueció. La afición amarilla adoró a su nuevo ídolo y respiró aliviada. Fue una parada inverosímil, providencial. La pésima racha de resultados en casa martiriza a los jugadores. Después de ponerse por delante en el marcador, como en tantos encuentros, hubiera sido un trago muy amargo volver a perder puntos ante un equipo que vino a Cádiz a que no le marcaran un gol. Limia fue el héroe. Se quedó con la pelota varios segundos tirado en el suelo para fijarla a sus manos. Al levantarse sonrió de oreja a oreja. Había salvado el partido. Un minuto después, los gaditanos marcaban el segundo gol y dejaban listo el partido ante el Espanyol.
CÁDIZ 2 - ESPANYOL 0
Cádiz: Limia; Varela, Abraham Paz, De Quintana, Raúl López; Bezares, Fleurquin; Stoyanoff (Johnatan Sesma, m. 65), Pavoni (Morán, m.79), Lucas Lobos (Enrique m.87); y Medina.
Espanyol: Iraizoz; Zabaleta (Juanfran, m.76), Lopo, Jarque, Pochettino, Domi; Fredson, Costa, Coro (Ito, m.61); Luis García y Pandiani (Tamudo, m.53).
Goles: 1-0. M.73. Abraham Paz de cabeza tras el saque de una falta. 2-0. M.87. Johnatan Sesma aprovecha un gran pase de Paz y bate de cerca de Iraizoz.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Raúl López, Medina, Sesma y Zabaleta.
Unos 9.000 espectadores en el Ramón de Carranza.
No fue de los mejores partidos de los locales. El técnico local quiso blindar el centro del campo con Bezares y Fleurquin. Lo logró porque son especialistas en ello pero les cuesta horrores hacer jugar al fútbol. No es el fuerte de ninguno de los dos. Fueron Lucas Lobos y Pavoni los encargados de poner a los amarillos a jugar. Sin demasiada continuidad ni ritmo, el Cádiz iba en busca de la portería de Iraizoz. El equipo visitante ofreció ayer una versión mediocre. Concedió a propósito la pelota al rival. A verlas venir, aguantar el tirón de los gaditanos y hacer pupa en una contra. Los amarillos no están para tirar cohetes y el Espanyol quiso aprovecharse de ello pero ofreció muy poquito. Fredson encontró muy poco abrigo en la tarde ventosa y de lluvia. El aire se llevó las ideas de los dos equipos que apenas tiraron a puerta en todo el partido. La única forma era por algún despiste del contrario. El fallo de la defensa amarilla llegó. Un balón mal despejado, un tuya mía entre De Quintana y Raúl López que al final fue para Zabaleta que se encontró delante de Limia. El portero hizo la primera buena parada de la tarde.
La segunda parte fue igual de mala. Al menos hubo goles. Dos. La primera vez que el marcador manual del estadio pone el dos en el casillero del equipo local en toda la Liga. Abraham Paz, de un gran cabezazo, y Sesma tras un magnífico pase del autor del primer tanto concedieron al Cádiz los tres puntos en juego. Tercera victoria como local en la temporada y semana tranquila fuera del descenso. Ha habido partidos mucho mejores de los amarillos y los puntos se escaparon. A estas alturas ya no es tan importante jugar bien. Sumar es lo primordial.
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