Un lateral al mando

Ni Albiol ni Hugo Viana, centrocampistas durante toda su carrera. Ni Marchena, central que ha ocupado en ocasiones la línea medular. Quique Sánchez Flores, el entrenador del Valencia, cubrirá hoy la lesión de Baraja, en el partido contra el Atlético en el estadio Calderón, con un lateral izquierdo, Fabio Aurelio. El brasileño será el encargado de la elaboración del juego de su equipo y la pareja de Albelda, destinado a labores de destrucción. Los responsables del club aprecian su exquisita técnica, el manejo aseado del balón y la ausencia de complicaciones en su fútbol para situarle en el centro del campo como enlace con Aimar, Vicente y Rufete. Y Fabio aprovecha cada ocasión para reivindicarse en una temporada crucial en su carrera. Después de superar, por fin, una lesión de rodilla que ha arrastrado durante dos años, apura sus posibilidades de acudir al Mundial de Alemania al tiempo que su agente aprieta las tuercas al Valencia para renovar su contrato, que finalizará en junio.

Juan Figer, el representante de Fabio Aurelio, ya ha deslizado a la entidad el interés de clubes como el Real Madrid, el Manchester United y el Barcelona. El ex entrenador del conjunto blanco, Vanderlei Luxemburgo, había subrayado su nombre en la lista de preferencias para el curso siguiente. Y el director deportivo azulgrana, Txiki Begiristain, también ha dado a conocer su gusto por el defensa.

El bocado es apetecible: un lateral de 26 años, con experiencia en la Liga española -ganador de los torneos de 2002 y 2004 con Rafa Benítez-, técnico y ofensivo, que puede jugar también de centrocampista o interior y a coste cero. Las posturas con el Valencia para su renovación están algo lejanas. Fabio exige entrar en el grupo de los mejor pagados y su agente ya ha advertido de que, a seis meses de que finalice su compromiso en vigor, ya son "libres para negociar con cualquier otro conjunto".

Fabio Aurelio fue fichado en septiembre de 2000 por Javier Subirats, actual director deportivo, durante su anterior etapa en Mestalla como recambio de futuro para Carboni. El Valencia pagó 6 millones de euros al São Paulo por el futbolista que había sustituido a Serginho, traspasado al Milan, y que había disputado los Juegos Olímpicos de Sidney. Fabio cumplió su papel hasta que en mayo de 2003 comenzó un calvario al caer lesionado en un partido contra el Madrid. Una degeneración del cartílago rotuliano, complicada con afectaciones del tendón y lesiones en el talón por los malos apoyos, le dejó casi al borde de la retirada.

El jugador pasó por cinco médicos diferentes, en Brasil y en España, y su representante acusó al Valencia de perjudicarle con tratamientos erróneos. Sólo después de dos operaciones y dos años de gimnasio y molestias la recuperación fue un hecho. Ahora vive su mejor momento en un Valencia enrachado: 16 de los últimos 18 puntos. Ha jugado 14 partidos de Liga, siete como titular, como lateral, interior izquierdo o centrocampista, y ha marcado dos goles, uno de cabeza al Celta y otro de volea al Mallorca. "Es nuestro jugador número 12", asegura el segundo entrenador, Fran Escribà. Mientras tanto, él sigue tensando la cuerda para su renovación.