El misterio de la jirafa
Hay como mínimo tres anuncios estos días en los que aparece... una jirafa. ¿Qué pinta en anuncios tan distintos como uno de cava, otro de loterías y otro de un juego solidario? Ni los semióticos de más alto copete podrán descifrar esta coincidencia. ¿Una cita a la jirafa ardiente de Dalí; a una lejana constelación; a la altanera mudez del animal; al sultán que regaló una a Alfonso X? Tanto da. La contemplación de la publicidad, en la que hay joyas narrativas, puede aliviar el tedio que provocan algunos programas. Ahí está ese anuncio de coches en el que la voz en off no habla de las maravillas del automóvil sino que comenta las astucias del propio anuncio, de lo que pueden llegar a inventarse los publicitarios para vender algo. Publicidad. Metapublicidad. Periódicamente, las televisiones ponen espacios recopilatorios de anuncios.
En Channel nº 4 y en Soy el que más sabe de TV (Cuatro) también informan, preguntan y bromean sobre la publicidad. Y en Internet uno de los entretenimientos más jugosos es buscar piezas raras del género. Por eso mismo es chocante que varias emisoras avisen sobre lo que durará la interrupción publicitaria de un espacio. Lo incomprensible es que lo hacen a medias. Se entendería si se tratara de avisar siempre al telespectador del tiempo que tiene para tomarse un respiro y hacer sus menesteres. Pero tales avisos no salen siempre, sólo cuando el tiempo de publicidad es breve ("Volvemos en 45 segundos"). Cuando colocan más minutos, entonces los ponen sin preaviso para evitar el zapeo, la fuga a otra emisora.
En Antena 3 pasaron esta semana un vídeo que emplea el PSOE para enseñar a sus líderes tácticas a la hora de estar ante las cámaras: no usar camisas rayadas, no fiarse del micro apagado... Gabriel Elorriaga, del PP, admitió que en todos los partidos se imparten este tipo de enseñanzas. Lo llaman comunicación. Los políticos cada día saben mejor cómo colocar el mensaje. Es el lado escenográfico de la política. ¿Y si en las ruedas de prensa pusieran una jirafa?