Magistrales trasteos de Ponce

Por el conocimiento que tiene Enrique Ponce del toro de lidia mexicano y su profesionalismo, ejecutó dos magníficos trasteos en los que toreó a cámara lenta. Ante el tardo tercero, al lancear bajó las manos. En el saludo se meció al veroniquear, y al quitar se ajustó en la chicuelina. Obligó al adversario a embestir: al ritmo que le marcó y que el recorrido fuera por donde se le trazaba. En el quinto, batallando contra el viento y el aplomo del manso perdido, logró un acompasado trasteo. Su aterciopelado muleteo le permitió jugar con la bestia y la concurrencia de pie le ovacionó, mas por no acertar con el acero perdió: en el tercero, los apéndices, y en el quinto, el rabo.

Jorge Gutiérrez se lució al quitar por comprometedoras chicuelinas en el inválido segundo. Frente al manso cuarto, dibujó derechazos que enhebró. Al pastueño del doctorado, José Mauricio, muy reposado, lo lanceó. De un estoconazo despachó al morlaco. Frente al fiero sexto, se le vio casta.