Milagro en Milán
EN MUY pocos meses, Stéphane Lissner presentó su primera temporada al frente del teatro de La Scala de Milán. Se abre con Idomeneo, en la puesta en escena de Luc Bondy, toda una garantía de rigor teatral, con escenografía de Erich Wonder y las voces de Steve Davislim, Camilla Tilling, Monica Bocelli y Emma Bell, entre otras. En el año de la conmemoración del 250º aniversario del nacimiento de Mozart, el siempre conflictivo Don Giovanni se ha encomendado a un joven venezolano de 24 años, Gustavo Dudamel, a quien Claudio Abbado no cesa de elogiar. Dirige escénicamente Peter Mussbach y encarna Carlos Álvarez el papel protagonista. Para Las bodas de Fígaro se recupera el mítico montaje de Giorgio Strehler. Otro joven y excelente director musical, aunque más asentado, Vladimir Jurowski, se hace cargo de Eugenio Oneguin, con dirección teatral de Graham Vick. Rigoletto es para Ricardo Chailly y Katia Kabanova para John Elliot Gardiner, con puesta en escena de Robert Carsen. Patricia Ciofi y Ramón Vargas encabezan el reparto de Lucia di Lamermoor, con direcciones de Roberto Abbado y Pier Alli, mientras Daniela Dessi es la protagonista de Tosca, con Lorin Maazel y Luca Ronconi, e Inva Mula es Manon. Por otra parte, Ariadne auf Naxos viene de la mano de Tate y Ronconi, Dido y Eneas, de Hogwood y Matthew Bourne, atención a este escenógrafo, y el estreno mundial de Il dissoluto assolto, de Azio Corghi y José Saramago, aplazado la última temporada por una huelga que acabó con Muti, se recupera en un programa doble con Sancta Susana, de Hindemith, en una coproducción con el teatro São Carlos de Lisboa. J. Á. V. DEL C.
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