El Madrid ya no es imbatible

Por primera vez en la temporada, el Madrid no encontró en Europa el bálsamo a las cinco derrotas que acumula en la ACB. Exigidos en la ya de por sí complicada cancha del CSKA de Moscú, Gelabale y compañía no tuvieron final feliz. Tanto que ya no figuran entre los invictos de la Euroliga, mérito que sólo pertenece al Panathinaikos.

Sin tiempo apenas para recuperarse del traspiés con el Gran Canaria, los muchachos de Boza Maljkovic empezaron enchufados. Todo un síntoma de los malos tiempos que se barruntan en el cogote del campeón de Liga, que suele empezar adormilado y se pone las pilas tras el descanso.

Antes del colapso blanco al Madrid le salía todo: Hervelle lanzaba triples, Reyes era el dueño y señor del poste bajo y Bullock ponía de los nervios a los administradores del juego ruso. Los madridistas prometían, pero fueron un espejismo de sí mismos. Sobre todo en el tercer cuarto, donde tanto les gusta apretar a los contrarios. El CSKA les asfixió de tal manera que en ese período sólo encajó ocho puntos. La defensa más en forma de Europa, con una media de 66,4 puntos en contra, comprobó en sus carnes la dureza de sus armas.En un partido con las posesiones exprimidas al máximo, el Madrid jugó siempre a un ritmo pausado. Como si lo tuviera todo controlado. La cosa funcionó hasta que Bullock y Sonko empezaron a agotar las posesiones sin mirar al aro. La anécdota se hizo regla. Pero el desastre llegó cuando el CSKA empezó a carburar. Un parcial de 15-0, obra y gracia del ritmo que Holden y Vanterpool daban a las torres rojas, Papaloukas y Savrasenko, hizo el resto. Pese a los 13 puntos de Rakocevic, que no jugaba desde el 17 de noviembre, al Madrid le cayeron palos por todos lados. Por si no tenía bastante, la ACB le abrió un expediente disciplinario a Maljkovic por sus críticas a los árbitros y a la propia liga tras caer el domingo con los canarios.