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Crónica:FÚTBOL | Novena jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Zaragoza sólo sabe empatar

Jordi Quixano

Hastiado por los reiterativos empates -van siete-, el aficionado del Zaragoza exigió ayer una victoria ante el Málaga. Se quedó con las ganas. Pero observó que cuando el fútbol es trastabillado, farragoso y denso, aparecen dos tipos de jugadores: los corpulentos que se ganan su parcela a base de brega, y los técnicos. Zapater, Generelo y Gerardo representaron la fuerza, la dura batalla en la medular. Ninguno ganó. El zaragocista Cani y el malacitano Edgar, la clase. Ambos ganaron. Así, a punto estuvo de desequilibrar la balanza Ewerthon. Pero se lesionó.

Sorprendió Víctor Muñoz, técnico del Zaragoza, al apostar por Ewerthon como mediapunta en detrimento de Óscar, damnificado ayer, y de Cani, que jugó pegado a la línea de cal. Asombró porque la mayor cualidad del brasileño es la velocidad, arma obligada para un extremo que no destaca por su calidad técnica. Y la decisión del entrenador aragonés resultó tan providencial como acertada. El explosivo futbolista rompió con facilidad la defensa contraria mediante sus llegadas desde la segunda línea. Ni Navas ni Fernando Sanz supieron cómo placarle, ocupados como estaban en su propia guerra, la que siempre da Diego Milito. Y fue Ewerthon quien marcó el primer gol de la tarde. Gracias, sin embargo, a Cani, que sufre más de lo deseado los abucheos de La Romareda.

ZARAGOZA 1 - MÁLAGA 1

Zaragoza: César; Ponzio, Chus Herrero, Gaby Milito, Toledo; Movilla (Generelo, m. 46), Zapater (Celades, m. 46); Cani, Ewerthon (Sergio García, m. 63), Savio; y Diego Milito.

Málaga: Arnau; Alexis, Navas (Anderson, m. 56), Fernando Sanz, Valcarce; Edgar (Esteban, m. 87), Gerardo, Juan Rodríguez, Nacho; Pablo Couñago (Hidalgo, m. 62) y Salva.

Goles: 1-0. M. 10. Ewerthon empuja un balón en la línea de gol a pase de Cani.

1-1. M. 40. Edgar conecta un fuerte disparo desde 30 metros que sorprende a César.

Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Zapater, Salva y Anderson.

Unos 25.000 espectadores en el estadio de La Romareda.

Pero ayer, cuando la calma reinaba porque el minutero no había cubierto el cuarto de esfera, obsequió tanto a sus detractores como defensores con un pase exquisito. Pillo primero, por birlarle el balón a Valcarce, y generoso después, por cederlo, Cani mostró sus virtudes; se plantó delante de Arnau y, cuando lo más fácil era romper la bola, levantó la cabeza para asistir entre el portero y el defensor a Ewerthon, que llegaba desde atrás. La grada, entonces, le aplaudió a rabiar.

Y no ovacionó a Edgar, porque el tanto fue en la portería contraria, de milagro. El siempre fino centrocampista tiró de clase para noquear al Zaragoza de un plumazo, de un disparo precioso desde 30 metros. Una espectacular folha seca hizo el resto. El Zaragoza, con las tablas, abrió el campo y dispuso de buenas ocasiones. Arnau, espléndido, las desbarató y el gafe del empate, por séptima vez en esta Liga, imperó en Zaragoza.

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