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Reportaje:TURF

El aroma de las carreras

Miles de aficionados abarrotan el hipódromo de la Zarzuela en su reapertura

José Marcos

"Ya era hora. Nueve años después, El Aleph tiene un digno sucesor", sentenció Don Manuel. Cabeza erguida y aire taciturno, sus cinco nietos le habían acorralado contra uno de los centros de apuestas que ayer se repartían por el hipódromo madrileño de la Zarzuela. Apenas un suspiro antes, Young Tiger, propiedad de Javier Gispert y con Jean Bernard Eyque como jinete, superaba, por ocho cuerpos de ventaja, al resto de los purasangre en la carrera de reapertura, la primera en disputarse desde 1996. "¡Qué listo eres, abuelo! ¡Ahora, a cobrar el dinero!", le reclamaban, ajenos al brillo en los ojos del anciano y del resto de incondicionales del turf en España.

"Ojalá los jóvenes no tengan que sufrir lo mismo y las carreras prosperen en Madrid", deseaba María Antonia, otra de las veteranas que se prodigaban con sus mejores galas y sus botas altas. Sólo le faltaba santiguarse. "¡Quien nos iba a decir que con el empresario Sarasola se cerraría el hipódromo, justo cuando pensábamos que lo salvaría, que era distinto a los duques, a los anteriores", refería entre apuesta y apuesta el pensador Fernando Savater. "Pero lo que hay que hacer ahora es disfrutar, nada más", recomendó. Los aficionados le requerían tanto -"por algo lleva puesta esa corbata con caballos", confió su hermano José- que el filósofo casi se encomendaba al azar, del nulo tiempo que tenía para pensar el orden de llegada.

"¡Me han cerrado la ventanilla en las narices! ¡Como gane el 5!...", se lamentaba un aficionado

Más allá, bajo un sol de justicia y entre los miles de curiosos acampados en el paddock, se escucharon los juramentos de un hombre repeinado y elegantemente vestido. "Tenga cuidado, ¿no ve que me ha manchado?", fue lo más fino que dijo. "Mucho traje de Armani, mucho zapatito fino y, luego, las formas de un ceporro", le respondía, con un punzón en la lengua, el responsable de la afrenta. La lluvia había convertido las zonas de tierra en un barrizal y las de hierba en un mar de algas.

Nerviosos por la multitud, los chillidos de los críos y los flashes de las cámaras -"¡no hagan fotos así, ¿no ven que asustan a los animales?", recriminó un mozo de cuadra con el animal encabritado-, los corceles exhibían la musculatura de sus cuartos traseros y sus crines bien limpias. "Ese argentino, Locker, se nota que está fino", analizaba uno de los propietarios, en la isla de hierba alrededor de la que danzaban sus "preciadas" posesiones. Su ojo clínico no falló cuando el purasangre, montado por José Luis Martínez, ganó la cuarta carrera, superando por una nariz al francés Kahyava. Agradecido, el jockey no paró de besarle el lomo. "Aquí estamos, otra vez en las carreras, aunque no entienda mucho. La experta es ella", sostuvo, pícaro, Jaime Lissavetzsky. El secretario de Estado para el Deporte señalaba a su esposa cuando el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, le preguntó entre los relinchos de los velocistas: "¿No será tu fuente la misma que la mía? Porque, entonces, no acertamos ni una". Más serio, con Inés Sabanés, la portavoz de IU en el consistorio a un paso, agradeció el fin de la "sinrazón" que echó el candado al hipódromo por nueve años.

A pie de pista, apoyada en los raíles, flexibles para evitar las caídas de los caballos encallados en la barra por la presión de sus rivales, Elizabeth respiraba "el aroma de las carreras, algo que hay que disfrutar antes de la muerte". La aristócrata, de 60 años, aguantó las formas hasta la segunda carrera. "Come on, Alisar; come on!", jaleó. Qué decepción se llevó cuando su jinete, Creighton, no aguantó el ritmo y entró sexto. "Shit!", soltó un chiquillo, quizás recordando las boñigas de los velocistas. Elizabeth le retorció el cuello con la mirada mientras acariciaba las riendas de sus prismáticos.

La dama británica controlaba, pero también los había despistados. "Caballero, no puede apostar por [José Luis] Horcajada. Se ha resbalado en una mancha de aceite y se ha roto una pierna; ni más ni menos que la tibia y el peroné", explicaba un taquillero. "¿Qué me aconseja?", fue la respuesta.

También se veían amantes del juego que, como los caballos en pleno esfuerzo, echaban espumarajos por la boca. "¡Será posible, me han cerrado la ventanilla en las narices! ¡Como gane el 5 me tiro de los pelos!", bufaba uno. Por suerte para sus pulsaciones, El Rocío terminó 13º en la segunda galopada.

"Distintos que cuando montaba, ¡pero, buff, qué nervios!", sudaba entretanto Claude Carudel, el gran centauro español pese a su origen francés. "Si es que en la primera carrera dos caballos no querían entrar en el box y se ha caído un jockey... No podemos permitirnos retrasos, que las televisiones conectan para la quinta carrera y c?est fini", contaba. Una ambulancia seguía a los participantes. "Si hubiese que sacrificar a un caballo, colocaríamos unos biombos para no perjudicar el espectáculo", añadió. No fue el caso.

Primera jornada de las carreras del hipódromo de la Zarzuela (91.000 euros en premios). 1ª Carrera: (4) Diurno, (6) Manique y (2) Adrianus. 2ª Carrera: (3) Cachets, (11) Ewing Star y (1) Benta Berri. 3ª Carrera: (18) Dalvo, (12) Babia y (11) Danzigo. 4ª Carrera: (1) Locker, (12) Kahyava y (11) El Postigo. 5ª Carrera: (8) Young Tiger, (5) Toledo y (11) Castalia. 6ª Carrera: (9) Abeleda, (3) Mehari y (11) E. Princess. Lototurf: los tres ganadores de la tercera categoría (5+1) se llevarán 1.264,30 euros; los 47 de cuarta (5+0), 252,86; los 97 de quinta (4+1), 44,90; los 1.552 de sexta (4+0), 8,98; y los 1.296 de séptima, 36,29. Bote de 36.580 euros.

Un momento de una de las carreras de caballos de ayer en el hipódromo madrileño de la Zarzuela.
Un momento de una de las carreras de caballos de ayer en el hipódromo madrileño de la Zarzuela.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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