Problemas de productividad
La mala planificación y el control insuficiente son los principales obstáculos para reducir las horas laborables perdidas
La productividad es una asignatura pendiente de las empresas españolas. En España se trabaja muchas horas pero mal, por lo que la relación entre lo que se produce y los medios que se emplean para ello es peor que en otros países. Un estudio de la consultora Proodfoot Consulting sobre una docena de países europeos estima que el coste anual de la baja productividad roza en España los 70.000 millones de euros y concluye que el principal obstáculo para mejorar es la mala planificación y el control insuficiente.
La consultora Proudfoot calcula que la baja productividad española tuvo un coste de 69.991 millones de euros en 2004
La productividad se ha convertido en una preocupación para los economistas españoles. La consultora Proudfoot, que elabora su estudio europeo sobre productividad desde el año 2001, pone números a esa preocupación y la traslada al seno de las organizaciones. Según sus cálculos, que se basan en el estudio detallado de 2.614 proyectos realizados en 100 medianos y grandes clientes de 12 países, y que tienen el respaldo de varias investigaciones de la London School of Economics y de la Universidad de Groningen, el coste laboral debido a la baja productividad en España fue de 69.991 millones de euros el año pasado. Esto supone un 8,1% del PIB. Bastante menos que en Alemania (9,7% del PIB) pero más que en Francia (5,9%), Reino Unido (7,5%) o Estados Unidos (7,6%).
El dato español además empeora con respecto al estudio correspondiente al año 2003, cuando las horas laborables improductivas tuvieron un coste total de 53.930 millones de euros (7,8% del PIB).
Para llegar a estos números los autores de la investigación tienen en cuenta el número de trabajadores activos y la media de horas anuales trabajadas y asumen que el 22% de esas horas no son productivas. Aunque la media de horas por empleado ha descendido en el último año -1.798 frente a 1.806-, España sigue siendo uno de los países donde más horas se trabajan, sólo por detrás de Estados Unidos y Hungría. En términos generales, desde el año 2001 las empresas han ido reduciendo el número de jornadas malgastadas, desde las 97 hasta las 85 registradas el año pasado.
El estudio identifica también los seis obstáculos principales para mejorar la productividad en el seno de una empresa. En el caso español, la mala planificación y control y la supervisión inadecuada destacan sobre el resto, con un peso del 46% y el 31%, respectivamente el año pasado. El estudio subraya que más de la mitad de las empresas usa sistemas de planificación y control inadecuados. Es más, éstos son los dos únicos factores que han empeorado en los últimos años. La cualificación de la mano de obra, la falta de motivación, los problemas de comunicación interna y los relacionados con las nuevas tecnologías de la información no sólo tienen un peso menor este año, sino que han mejorado desde 2002.
"La planificación y la calidad de la supervisión se degrada continuamente", subraya Georges Heimann, vicepresidente ejecutivo de Proudfoot Consulting España; "y el peligro, además, es que los directivos no lo perciben así".
Según la encuesta a 816 ejecutivos que completa la investigación, la inmensa mayoría de los españoles considera que la productividad en su empresa se ha mantenido -42%- o mejorado -49%-. De estos últimos el 3% asegura que en su organización este indicador se ha incrementado por encima del 20% y sólo el 1% reconoce que la productividad ha descendido. Sus colegas europeos son igual de optimistas. Para los encuestados, además, el principal problema es de comunicación, de trasladar de forma adecuada a los empleados y no de planificación.
Dificultades para cambiar
Estos datos hacen más difícil un cambio. Heinman asegura que la mayoría de las empresas cuando se dan cuenta de que tienen problemas de productividad, revisan primero el proceso de fabricación y luego las características del producto para ver si pueden arañar costes. En muchas ocasiones realizan inversiones en costosas plataformas informáticas para mejorar los procesos y, sólo al final, se dan cuenta de que a veces es un problema de planificación y de supervisión de lo planificado, de cumplir con los objetivos marcados en el menor tiempo y con los menores recursos posibles.
La gestión de los directivos españoles difiere de sus competidores europeos. Es más estratégico (el 38% de los encuestados dedica la mayor parte de su tipo a tareas estratégicas frente al 24% de sus colegas) y son muy pocos los que se centran en mejorar las operaciones (12% frente al 24%). Para Heinman, lo fundamental es que "
las empresas españolas tomen conciencia del problema".
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