Desorientación azulgrana

El Barça sólo suma el 50% de los puntos en juego y ha cedido cuatro de nueve en su estadio, unas cifras sorprendentes en un club campeón, y más si se recuerda que en cuatro de los seis partidos ha dispuesto de superioridad numérica y ha recibido casi la mitad de los goles (tres de siete) en jugadas de estrategia. La dinámica ganadora de las rotaciones, introducida ante el Betis, perdió su efecto frente al Zaragoza. Aunque Rijkaard argumenta que los cambios responden a la necesidad de dar descanso a los jugadores, el equipo está entre confundido y desorientado. Más que en la posibilidad de reencontrarse con su versión original, los futbolistas coinciden en que se impone "buscar nuevas fórmulas" para sorprender a los rivales porque le han pillado el truco. El Barca ha perdido agresividad y velocidad porque los futbolistas que le dan estilo (Xavi) y los que marcan diferencias (Ronaldinho) no están en su mejor momento y ha pasado de jugar en la mitad del campo a utilizarlo entero, circunstancia que le convierte en vulnerable. "Hay que cambiar de estilo", insisten en el Camp Nou, y el técnico apela a un fútbol más físico y directo con Van Bommel y Larsson que de combinación. Las acciones a balón parado, los seis goles de Eto'o y el descaro de Messi no disimulan sus problemas de funcionamiento como equipo.