Los virus cambian de estrategia
La delincuencia en la Red ha pasado de la propagación masiva e indiscriminada a diseñar programas infecciosos pensados para perjudicar a empresas concretas - El ataque personalizado a grandes corporaciones da menos fama a sus creadores, pero puede proporcionar más beneficios económicos
El 17 de agosto, la mujer del tiempo de la cadena CNN se disculpaba porque su pronóstico era poco detallado, debido a que sólo funcionaba uno de sus ordenadores. El responsable era Zotob, un gusano que se había colado en la red de la cadena.
En pocas horas el gusano infectó a corporaciones como Disneylandia, los periódicos The New York Times y Financial Times, y ABC News. Zotob ha puesto sobre la mesa una combinación explosiva que los expertos han detectado en el último año: la creación de virus por dinero y la debilidad de las grandes empresas ante ellos.
Zotob es un gusano que no difiere mucho de los de su especie. No se transmite por correo electrónico, sino que aprovecha un fallo en los sistemas operativos Windows 2000 para entrar en los ordenadores, saltando de uno a otro sin ayuda humana. Les instala una puerta trasera para que los atacantes puedan controlarlos remotamente.
Lo que sorprende de Zotob es su rapidez: el 9 de agosto, Microsoft daba a conocer un agujero en Windows 2000 y su correspondiente parche. Cinco días después, cuando pocos habían instalado el parche, aparecía Zotob, que se colaba por el agujero. En tres días infectó a diversas corporaciones de Estados Unidos mientras surgían gusanos parecidos, como IRCBot y Bozori, y se desencadenaba una guerra de virus.
El 26 de agosto, después de la investigación más veloz en la historia del crimen informático, el FBI detuvo en Marruecos a Farid Essebar (Diabl0), de 18 años, y en Turquía a Atilla Ekici (Coder), de 21 años, como presuntos autores de Zotob. Más tarde el número de sospechosos subiría a 16. El FBI afirmó que Coder estaba relacionado con redes de robo informático de números de tarjetas bancarias y que pagó a Diabl0 por la creación de Zotob y otro gusano, Mytob.
Mytob, nacido en febrero, se propaga por correo electrónico. Es muy parecido a Zotob y a la mayoría de los virus que circulan en la actualidad: instalan puertas traseras en los ordenadores, de forma que puedan controlarse remotamente. El objetivo es crear vastas redes de equipos esclavos, por los que compiten diversos grupos en las cada vez más frecuentes guerras entre virus, donde se desactivan los unos a los otros, luchando por el control de los ordenadores. Pero su fin último ya no es salir en la tele, 15 minutos de fama. Ahora su objetivo es el dinero, y las empresas lo tienen.
"El mundo de los virus está cambiando desde el año pasado, cuando aparecieron Sober, Netsky, Bagle y Mydoom", dice José Manuel Crespo, director de Marketing de Producto de Panda Software. "Dentro de su código había textos que los creadores se mandaban unos a otros, con mensajes como: 'Lo siento, no es nada personal, es por mi trabajo' y otros que relacionaban virus con dinero y negocio".
En este nuevo crimen organizado, los virus son un eslabón. Por una parte, se usan para robar cuentas de correo de las libretas de direcciones, que se venderán para enviarles correo basura, fraudes y más virus. "Después de la aparición de Sober, el spam mundial aumentó el 4%", explica Crespo. Además, instalan programas que espían los comportamientos del usuario, para venderlos a empresas de publicidad, y otros que monitorizan las pulsaciones del teclado, para cazar números de cuentas bancarias y contraseñas.
Por otra parte, instalan puertas traseras en los ordenadores, que los criminales usan en diversos cometidos: mandar correo basura, virus y timos; alojar páginas web fraudulentas que imitan las de bancos o empresas, para que los incautos dejen allí sus datos, o convertirlos en armas para bombardear, en ataques de Denegación Distribuida de Servicio (DDoS), a empresas a las que se pedirá un rescate.
La extorsión
Estas extorsiones son cada vez más frecuentes. El último caso conocido sucedió el 25 de agosto: la empresa de juegos en Internet Jaxx.de, de Hamburgo (Alemania), sufrió un ataque DDoS y se veía conminada a pagar 40.000 euros para que cesase. Otra muestra es PGPCoder, un virus aún rudimentario, aparecido en junio, que cifraba todos los documentos del ordenador infectado y pedía un rescate para descifrarlos.
"Antes los virus eran bichitos que te ponían en la pantalla el monstruo de las galletas pidiendo cookies. Ahora son una herramienta que tiene un proceso de producto. La creación ya no pertenece a una sola persona, es una factoría: uno hace el programa que explota el fallo, otro el virus, otro lo lanza. Cuando leemos que se ha capturado al creador de un virus, nos reímos, probablemente sólo sea uno y de los tontos", afirma Crespo.
Un ordenador infectado se cotiza en el mercado negro por entre 2 y 3 céntimos; una red de 5.500 equipos se alquila por 350 dólares. Por eso, explica Crespo, "hoy no te vas a enterar de que tu máquina está infectada, los virus están ocultos porque detrás hay negocio, buscan pasar inadvertidos y se van actualizando ellos mismos, convirtiendo el equipo infectado en lo que quieren".
Es el fin de la era de los virus masivos, dice Bernardo Quintero, responsable del servicio VirusTotal de Hispasec Sistemas: "Cuando aparece un virus masivo, en poco tiempo los antivirus distribuyen vacunas; pero los virus actuales quieren sobrevivir el mayor tiempo posible en los sistemas sin ser detectados. Así, en vez de hacer un virus que llame la atención, hacen muchas variantes con pequeñas modificaciones, para infectar al máximo número de usuarios".
Del virus Mytob han llegado a aparecer cinco nuevas versiones en un mismo día. "Cada una infectará a un grupo reducido de usuarios, pero en conjunto obtienen mejores resultados", explica Quintero. También de Zotob aparecieron rápidas mutaciones. Según el Centro de Alerta Temprana Antivirus, su incidencia en España fue mínima. No aparece en ninguna lista de los peores virus de agosto, pero su efecto fue fulminante en sitios localizados, especialmente en grandes empresas de Estados Unidos.
No hay indicios que confirmen que Zotob se concibiese para atacar a corporaciones, pero, según Quintero, "las características de la vulnerabilidad que aprovechaba hacían que tuviese más posibilidades de propagación en entornos corporativos". Zotob tenía bastantes limitaciones para infectar a usuarios domésticos: debían usar Windows 2000, un sistema operativo más frecuente en las empresas, y tener abierto un puerto que los routers de ADSL y cortafuegos cierran siempre.
Sólo estaban expuestos los usuarios domésticos de Windows 2000 que se conectasen por módem a la red telefónica básica, sin cortafuegos.
Las corporaciones, con decenas de miles de ordenadores, donde es usual tener un cortafuegos que protege la frontera entre la intranet e Internet, pero sin seguridad en los ordenadores del interior, eran caldo de cultivo para Zotob. "Seguramente el gusano entró a la empresa en el portátil de un empleado que se había infectado en un congreso y, cuando volvió a su puesto de trabajo, enchufó el portátil a la red de la empresa", especula Quintero.
En pocos minutos, un solo ordenador conectado a la intranet generó cientos de infecciones. Lo mismo sucedió en el pasado con otros gusanos, como Blaster, Sasser o SQL Slammer, que llegaron a infectar una central nuclear y, según José Manuel Crespo, "estaba diseñado para las empresas".
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