25 cadáveres en Ceño Negrillo
En el monte de Ceño Negrillo, cerca de Ablanque, Dionisio Cañada encontró hace unos días, casi un mes después del incendio, los cadáveres putrefactos y abrasados de 25 de sus cabras. Junto a su esposa, Gloria Ibáñez, es una de las seis personas que suman el total de población activa de este pueblo castellano manchego. Los dos hijos mayores son, además, los únicos jóvenes, con sus 16 años, que viven todo el año en Ablanque.
Gloria y Dionisio tienen tres hijos, y unas 500 cabras. 475 después de que desaparecieran durante el incendio de Guadalajara las restantes.
Hace unos días las encontró desperdigadas en medio del monte de Ceño Negrillo. Cada una debió de intentar correr hacia donde pudo para salvar la vida, pero el fuego consiguió cercarlas y sus restos forman un hediondo y macabro escenario, con los ojos secos, los vientres abiertos.
Acompañado por José Miguel del Castillo, el alcalde, Dionisio avisó a la Guardia Civil, "para que vinieran los del SEPRONA a hacer un atestado", explica el edil. Gloria le asegura que la patrulla de la Guardia Civil llegó a las once de la noche.
"Lo que importa es que vinieran", le indica el edil; "de esa forma queda constancia de que las cabras murieron a causa del incendio y hay pruebas para cuando llegue el momento de reclamar las indemnizaciones".
"La realidad es que muchos de los habitantes de las zonas afectadas no tienen claro qué es lo que deben hacer", afirma José Miguel.
Los grandes ojos de Gloria se dirigen a su hijo Luis, mientras explica que han hablado con el veterinario, "que viene a ser la autoridad cuando pasan estas cosas". Él les dirá qué hacer con los cadáveres.
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