"En los 50 metros el oxígeno no sirve"
Noriega y Lorente, primer finalista español en la historia, hablan sobre la prueba más rápida
El jueves por la noche Eduard Lorente (Barcelona, 1977) cumplió con el rito. Se afeitó la barba de un mes y el cuerpo para quitarse la capa más externa de piel. Al día siguiente se levantó a las 6.00, desayunó un bollo a las 6.30 con el estómago cerrado por la tensión, cogió su bañador nuevo, "virgen", como él dice, y se fue a la piscina. Se clasificó junto al campeón de España, Javier Noriega (Toledo, 1980), para las semifinales de la tarde, y después para la final con un tiempo de 22,19 segundos. Fue cuarto. A nueve centésimas quedó Noriega, en décima posición: su mejor resultado en una gran cita. Hoy en la final de 50 libres, la prueba más rápida, Lorente hará de pionero en una carrera legendaria, técnicamente complejísima. Será el primer español en una final de velocidad pura de un Mundial o unos Juegos, tras ganar su semifinal. Los dos nadadores hablaron antes de la competición.
Eduard Lorente: No nos afeitamos para no ofrecer resistencia al agua tanto como por cambiar algo. El cambio motiva y sin pelos se siente mejor el agua.
Javier Noriega: Preguntarse por cómo conseguir que el cuerpo no ofrezca resistencia al agua es como preguntarse cómo hacer para que un atleta corra los 100 metros en 9,76 segundos. Hay gente que no lo consigue nunca porque no tiene condiciones. En la natación, los que más van por encima del agua son los velocistas. Sobre todo a crol. Los especialistas de 400 no pueden ir tan arriba. Un nadador de 400 no puede hacer esos esfuerzos máximos para conseguir las palancas necesarias que le permitan ir arriba.
E. L. Peter Van den Hoogenband es el que menos roza el agua. Nada muy plano por fuera.
J. N. Yo creo que Anthony Ervin ha sido el nadador que más ha flotado. Van den Hoogenband tiene el pecho cóncavo y hace una bolsa de aire. Biomecánicamente dicen que es bueno. Pero tener el pecho hundido es un defecto físico.
E. L. En las pruebas cortas deciden los detalles. Por eso la biomecánica es muy importante. Sobre todo en la salida.
J. N. Yo estoy ensayando la salida americana. Es con un pie por delante y otro por detrás, impulsándote para el salto sucesivamente con el de atrás y el de delante. Es más arriesgada porque al no ser simétrica hay más posibilidades de salir desequilibrado. Pero vale la pena. De los 16 que entraron en las semifinales de Atenas en 50 libres, 13 hicieron americana. De los ocho que entraron en la final, siete hicieron americana. La técnica europea es más segura pero consigues menos velocidad de reacción.
E. L. Ahora muchos más europeos hacen la americana.
J. N. En España ni siquiera nos lo planteamos porque no tenemos poyetes de competición internacional.
E. L. Para hacer americana necesitas un poyete de lija, más grande y más inclinado. En Barcelona los poyetes son planos y completamente de plástico. Con un pie delante y otro detrás tienes miedo a resbalarte y hacerte daño.
J. N. La velocidad de reacción en el poyete es fundamental. Mira Roland Schoeman. Es el más rápido
[Schoeman hizo 0,63 segundos en las semifinales, el tiempo más bajo; Llorente 0,75; y Noriega 0.74]
. Siempre baja de 0,70.
E. L. Schoeman sale rápido y entra muy bien en el agua. Luego se nota que tira más de pies que de brazos. En el 100 libres de Atenas se veía mucho más su aceleración de pies. Eso lo lleva a cansarse porque las piernas queman mucha energía. Y suele terminar mal.
J. N. Debe tener seis ciclos de batida. Es lo máximo innato por brazada. No conozco a nadie que lo aumente.
E. L. Para mí, la batida no te impulsa. Es para mantener el cuerpo erguido. Para que el tronco esté como una tabla, la espalda arriba del agua, y los brazos empujando. Los pies no empujan excepto en el nado bajo el agua, hasta que sales y das la primera brazada, que es lo más importante de la carrera. Si en la primera palanca se te cierran los dedos, si no consigues darle dirección al cuerpo hacia adelante y hacia arriba en el ángulo exacto, la carrera se te puede escapar. Es fácil de probar en una bañera: si arrastras un objeto por la superficie va más lento que si lo hundes por detrás un poco, haciendo un efecto de casco de lancha motora.
J. N. Lo que está claro es que la salida rápida no sirve de nada si no entras bien al agua. Ahí la técnica es la que te haga más pequeño: juntar las manos, los codos.... Tienes que pensar que tienes que sortear un muro.
E. L. Yo, cuando entro al agua me cojo las manos porque en una prueba tuve la mala experiencia de que una mano se me escurrió y me frenó. Hay personas que tienen más elásticos los hombros y se pueden encoger más.
J. N. Lo importante es meter el cuerpo por donde entran las manos. Si lo haces, vas como una bala. Si no, sientes el frenazo en seco. Luego dentro del agua la cabeza tiene que estar a 45 grados. Si la levantas ofreces más resistencia. Si la hundes se te llena la espalda de agua. Aunque hay gente que mira más al suelo.
E. L. Da igual lo que veas. En una prueba tan corta, con todo lo que te juegas, a la mínima que te gires para mirar a los otros pierdes la décima para entrar en la final. En los 50 eres tú contra el crono. Ves sombras. A veces escuchas cosas. En los Mundiales de Barcelona escuché al público gritar mi nombre. Pero normalmente es como estar en una burbuja. Sales a dar el paseíllo, miras un punto fijo, y tienes una sensación irreal.
J. N. Ni siquiera escuchas el ruido del agua. Esta es una prueba que tienes que hacer perfecta. Un error te deja en la calle. Yo cometí un error en los Juegos. Había un francés muy chulo que cuando decían el "preparados" él se quedaba de pie y bajaba las manos tranquilamente. Los jueces siempre le esperaban y muchos corrían el riesgo de moverse en la espera. Como yo nadaba con él me dije: lo voy a esperar. Fui de los últimos en bajarme y justo cuando estaba enganchándome dieron la salida. Me tiré con retraso y no lo recuperé. Fue una décima de falta de tensión.
E. L. Si coges un crono y haces pam-pam, lo más rápido que puedas, igual hay dos décimas. En dos décimas puedes quedar el octavo o el duodécimo. Yo en un 50 libres por respirar una vez más se me metió un tío y me quedé fuera. Antes respiraba tres veces. Ahora respiro una vez: a los 37 metros.
J. N. Yo hace mucho tiempo que hago 50 sin respirar. Se entrena. Haces muchas series a tope sin respirar y lo vas aguantando. No es cuestión de volumen pulmonar. Cuando sales, coges el aire que coges. Lo que hay que controlar es la sensación de agonía.
E. L. Las piernas consumen mucho oxígeno. Si no lo practicas los últimos metros se notan mucho.
J. N. Yo creo que en 50 el oxígeno no sirve. El aire que aspiras no te alcanza a llegar a las piernas: entre que pasa de los pulmones a la sangre y de la sangre al músculo, ya has llegado. Es una prueba anaeróbica 100%. El músculo consume fosfocreatina, ácido láctico.
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