Nadal, de récord
El español bate la marca de Muster tras ganar ocho títulos en tierra batida el mismo año
Rafael Nadal vive sin descanso, del hotel a la pista, de la pista al hotel y, entre tanto, una pausa cada semana para recoger un trofeo, levantarlo, darle un beso y meterse en un avión. Ayer venció la final del campeonato de Stuttgart al argentino Gastón Gaudio (6-3, 6-3, 6-4). Es su octavo título de la temporada, nadie, nunca, había ganado tantos títulos en el mismo año en esa superficie.
Además, sumó su 34 victoria consecutiva en tierra batida, desde que en el lejano mes de abril, a principios del mes de abril, perdiera en Valencia ante Igor Andreev. Nadal conserva su posición de número dos mundial tras Federer. Nadal acecha la marca de 12 títulos en un año del austríaco Thomas Muster, en 1995, o la del suizo Roger Federer de 11 la temporada pasada. Nadal destruye estadísticas. Y todo eso, lo hace con 19 años recién cumplidos. Tan joven, que nadie con menos edad desde 1993 había disputado el Masters, torneo para el que ya está clasificado el mallorquín.
Con sus números, ya ha superado la cifra de victorias consecutivas de los suecos Mats Wilander y Bjorn Borg y del argentino Guillermo Vilas. También el número de torneos de tierra que consiguió Muster, que se quedó en siete en 1995 -aunque venció otros cinco en otras superficies-.
"El chaval no para, todo está siendo una locura", comenta uno de sus protectores, Carlos Costa -uno de los damnificados por la racha triunfal de Muster en 1995-. "Entrevistas y torneos se suceden, tenemos que parar un poco", describe Costa la vida, el torbellino, en el que se ha convertido la vida de Nadal, un chaval de aficiones reposadas como el golf, la pesca o las partidas de Play Station.
Una sucesión de viajes y competiciones que no le ha dejado el suficiente tiempo para sacarse el carné de conducir. "No sé si seré capaz, nunca lo he hecho antes", decía ayer, tímido, con una sonrisa avergonzada, mientras trataba de dar una vuelta por la pista con el coche que le dio de premio la marca patrocinadora del torneo alemán. Gaudio le miró irónico: "Me ha quitado el Mercedes, igual tengo que pensar en cambiar de marca de coche". Nadal sólo fue capaz de mover lentamente el automóvil en dirección a los fotógrafos.
Gaudio ha sumado tres títulos esta temporada. El último, en Gstaad, en Suiza. El torneo que se celebraba simultáneamente al que venció Nadal, la semana pasada, en Bastad, Suecia. Los dos se habían enfrentado dos veces antes del choque de ayer y la estadística les daba a cada uno un 50% de victorias. Una para cada uno. El argentino fue el antecesor de Nadal en el palmarés de Roland Garros.
Todas las finales que ha ganado Nadal este año han sido contra contrincantes que hablaban español, salvo la del torneo sueco de Bastad, en la que se impuso al checo Berdych. Dos de esas finales, dos de las más prestigiosas -Montecarlo y Roma- las ha disputado contra Guillermo Coria, su rival más repetido.
En su calendario de la temporada sólo le resta un torneo de tierra batida, el croata de Umag. Allí venció Muster en 1995. El campeonato comienza hoy y, en caso de que Nadal venciese, aumentaría a 39 su número de victorias consecutivas, quedándose a sólo una de la marca de Muster.
Después de Umag, el resto de la campaña, combina las pistas duras con la moqueta. El 8 de agosto el español estará en Montreal. Para entonces, ya se habrá despegado de sus zapatillas el último grano de arena rojiza. "Ahora lo más importante para mí es mejorar mi juego en otras superficies", confesó ayer Nadal. "Tres de los cuatro grandes no son en tierra batida", observó el español, consciente de que "para mejorar el ranking", para ser, en definitiva, número uno, necesita ganar más allá de la arena.
Para alcanzar la marca de Muster de 12 torneos en un mismo año debería ganar cuatro de los ocho torneos que le restan para cerrar una temporada "agotadora", según Costa. Agotadora pero triunfal.
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