Ataque de Londres a París
La candidatura inglesa sostiene que el estadio de Francia no es apropiado para el atletismo
"Estamos en una forma olímpica", comenzó diciendo el extravertido alcalde de París, Bertrand Delanoë, ayer en el Chijmes Hall, una antigua capilla remodelada, que la candidatura francesa ha alquilado muy cerca del complejo Raffles donde se celebran las reuniones del COI. Con firmeza, como han llevado la campaña, los líderes del proyecto parisino mostraron su confianza en el proyecto, pero tuvieron que defenderse, sobre todo, de los habituales ataques al gran favorito, el último por parte de Londres, que continúa así su agresiva recta final. Dos de sus asesores, uno de ellos arquitecto, declararon poco antes que el Stade de France, el previsto estadio olímpico si París es elegida, será viejo para 2012 y que está bien para el rugby, que no es deporte olímpico, o el fútbol, que sí disputaría en él su final, pero no para el atletismo. La candidatura de París no presentará ninguna queja ante la Comisión de Ética del COI contra Londres, pese a que no está permitido criticar a las rivales.
Jim Sloman, jefe de operaciones de los Juegos de Sidney 2000, y el arquitecto Rod Sheard, que diseñó el estadio olímpico de la ciudad australiana, contratado para el equipo de Londres, criticaron en una conferencia de prensa a primera hora el Stade de France, la joya de la corona del proyecto francés. "No creo que sea una ventaja tener un estadio ya construido para dentro de siete años", comentó Slogan, que añadió: "Además, el Stade de France se hizo para el fútbol, no para el atletismo. Y en los Mundiales de 2003 ya hubo problemas de visibilidad en ciertas zonas. El estadio de Londres será construido específicamente para el atletismo". Sheard, por su parte, añadió: "El estadio de París es maravilloso y yo he disfrutado viendo en él rugby, pero lamentablemente el rugby no es olímpico. Se coartan posibilidades cuando un estadio olímpico se quiere usar para otros deportes". Y naturalmente, alabó el proyecto londinense, sí adecuado, en su opinión.
Apenas dos horas después, con semblante serio, el alcalde de París tardó poco en lanzar mensajes de contraataque: "Tenemos todo planificado para el mayor éxito de la organización y del espíritu olímpico", señaló Delanoë, en un tono elegante, pero que escondía una velada crítica hacia Londres. "Estamos aquí para construir nuestra victoria y no pensamos hacerlo sobre rumores", quiso responder también a la supuesta alianza Londres-Madrid, ya desmentida. Y continuó: "No vamos a hablar de otras candidatas. La nuestra ha respetado escrupulosamente las reglas del olimpismo, que lo impiden. Es un proyecto extremadamente honorable. Con diversidad de gentes, pero con una pasión común".
El alcalde se ha traído de París un testigo de los usados en las pruebas de relevos en atletismo con los cinco colores del olimpismo. Se lo dio un niño tras la última reunión celebrada precisamente en el Stade de France y dice llevarlo a todos lados como talismán. Y, astutamente, ya en vísperas de la elección no quiso olvidar lo que para muchos es la gran baza sentimental de París: "Es nuestra tercera candidatura a organizar los Juegos en 20 años, tras las que presentamos en 1986 y 2001 Hemos aprendido de ello y estamos en armonía con lo que puede ser el olimpismo del siglo XXI. Hemos sido fieles, persistentes. Lo dice siempre mi amigo Henri Serandour [presidente del Comité Olímpico Francés y miembro del COI, que estaba a su lado]: 'Nunca hay que ceder, el empeño en seguir es lo más importante".
Jean-François Lamour, el ministro de Deportes francés, también hizo hincapié en ello al recordar el apoyo del gobierno en los tres intentos y fue más explícito sobre las acusaciones: "Nuestra candidatura está al servicio del olimpismo y del juego limpio. Respecto al Stade cabe recordar que se hizo con 20 años de adelanto en sus técnicas de construcción". El ministro, doble campeón olímpico de esgrima, aún tuvo que resistir más ataques al preguntársele por qué no estaba allí el presidente Jacques Chirac, que llega hoy. "Va a estar en la presentación, como estuvo en 1986 y ese será el mejor ejemplo del apoyo total del Estado". El ministro dio a entender así que su presencia en el momento culminante será mucho mejor, como opinan la mayoría de los miembros del COI, que la de Tony Blair, el primer ministro británico, que ha venido dos días antes, pero se irá para estar como anfitrión en la apertura de la cumbre del G-8 en Gleneagles (Escocia). Chirac puede permitirse llegar más tarde. La reunión de Blair con una veintena de miembros del COI, en principio, no vulnera tampoco la ética de la elección, según el COI. A fin de cuentas, o así parece, Singapur es ya un sprint generalizado de reuniones. Jacques Rogge fue muy claro al respecto: "Esos contactos están permitidos".
Rogge dijo desconocer las críticas de los dos asesores de Londres al Stade de France. El presidente del COI repitió lo apuntado por su director deportivo, Gilbert Felli, "vigilante" técnico en las visitas de la Comisión de Evaluación: "Esta comisión evaluó y presentó un informe favorable sin cuestionar la calidad del estadio", comentó Rogge.
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